¿Cómo es vivir en la isla más aislada del mundo? Descubriendo a Tristán de Acuña

Tristán de Acuña (Tristan da Cunha, o Tristão da Cunha, como también se le conoce) es un archipiélago de cuatro islas ubicado en el Atlántico Sur, incluida una isla principal que lleva el mismo nombre. Este archipiélago es famoso por ser considerado el asentamiento humano más aislado de la Tierra.

El asentamiento humano más cercano está a más de 2400 km, mientras que Ciudad del Cabo, Sudáfrica, es el centro habitado más cercano a Tristán ubicado en un continente: se encuentra a 2810 km. En resumen, no hay lugares más aislados en la Tierra que este.

Características de la isla

La Isla Tristán está formada por un imponente volcán, de 2062 metros de altitud. El territorio es montañoso, a excepción de dos llanuras, utilizadas para el cultivo de batatas. El principal centro urbano, llamado Edimburgo de los Siete Mares, se encuentra a lo largo de una de las dos llanuras.

Fue fundado en honor al duque de Edimburgo, que visitó la isla en 1867, pero entre los habitantes se le conoce simplemente como "el asentamiento". Las islas Gough y Nightingale están deshabitadas por humanos.

¿Cómo se llega allí?

Las conexiones de Tristan con el resto del mundo son muy limitadas. En la isla no hay aeropuertos ni pistas de aterrizaje, cuya construcción sería difícil debido a la forma del territorio, ni puertos donde puedan atracar grandes barcos.

El puerto deportivo Edimburgo de los Siete Mares, construido en 1967 y ampliado en 2008, sólo permite el atraque de embarcaciones pequeñas y, por lo tanto, los barcos a menudo tienen que esperar en mar abierto a los pasajeros, que son transportados en pequeñas embarcaciones.

Cada una o dos semanas llega a la isla un barco procedente de Sudáfrica, pero no hay otras conexiones y en caso de malas condiciones meteorológicas (fuertes vientos, mar agitado) Tristán permanece aislado durante meses.

El descubrimiento en 1500

Tristán fue avistado por primera vez en 1506 por un explorador portugués, Tristão da Cunha, quien le dio su nombre, que luego se transformó en inglés como Tristan. La isla estuvo deshabitada y permaneció así durante muchos años. Entre los años 1600 y 1700 fue objeto de interés por los holandeses, que desembarcaron allí en varias ocasiones para abastecerse de alimentos, y fue utilizado como base para los barcos balleneros.

La población, tras un breve intento en 1810, se inició en 1815, cuando el Reino Unido decidió tomar posesión de la isla. Los ingleses, tras derrotar a Napoleón Bonaparte, lo confinaron en Santa Elena. El gobierno de Londres temía que Tristán pudiera ser utilizado como base para posibles intentos de liberar al antiguo emperador y en noviembre de 1815 envió a unas ochenta personas, en parte militares y en parte civiles, para conquistar la isla.

Casi todos regresaron a su tierra natal dos años después, pero cuatro personas decidieron quedarse para siempre. En 1817, estos pocos habitantes que quedaban decidieron crear una norma según la cual todos los beneficios de la agricultura y la pesca, las únicas actividades económicas de la isla, se dividirían equitativamente entre todos los residentes.

A partir de ese momento comenzó la verdadera expansión urbana, llegaron nuevas personas a la isla. Hubo un aumento lento pero constante de la población. La isla también se convirtió en refugio de numerosos náufragos, como es el caso de los dos italianos, Andrea Repetto y Gaetano Lavarello, originarios de Camogli (Génova), que permanecieron en Tristán en 1892 después de que el barco en el que viajaban se hundiera.

Durante la Segunda Guerra Mundial la población superó las 200 unidades, pero en 1961 la erupción del volcán obligó a evacuar completamente la isla. Los habitantes fueron trasladados a Gran Bretaña, pero al cabo de dos años decidieron regresar a Tristán, repoblandolo hasta el día de hoy.

Hoy viven allí más de 200 personas

Hoy en día viven en Tristán 238 personas, todas pertenecientes a 8 familias diferentes, dos de las cuales son de origen italiano: Repetto y Lavarello. Además de estos 238 habitantes, en la isla también hay trabajadores especializados, como agrónomos, profesores y, sobre todo, médicos, que trabajan en el hospital local.

Aún hoy la isla sufre aislamiento, dado que todos los artículos de primera necesidad, incluidos los medicamentos, llegan únicamente por barco. Y en caso de aislamientos prolongados debido al mal tiempo, la isla se queda sin suministros adecuados.