Leptospirosis: síntomas y tratamiento en humanos

Tras grandes inundaciones, como la provocada por la última DANA en Valencia, surgen riesgos como la propagación de la leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se debe vigilar.

Entre las enfermedades bacterianas que pueden derivar de las inundaciones provocadas en Valencia por la DANA está la leptospirosis.

La última DANA que impactó especialmente en Valencia hace una semana ha dejado un preocupante panorama de salud pública. La Subdirección General de Epidemiología y Vigilancia de la Salud, bajo la Dirección General de Salud Pública de Valencia, ha reportado dos posibles casos de infección por leptospirosis, aún pendientes de confirmación mediante análisis clínicos.

Estas personas, que participaron voluntariamente en labores de limpieza y recogida de escombros en municipios afectados, están bajo seguimiento médico. Ambas muestran una evolución positiva. Sin embargo, una de ellas permanece ingresada en un hospital como medida de precaución.

Frente a este escenario, la Comunitat Valenciana deberá analizar el impacto de estos eventos atmosféricos en la salud pública, enfocándose en el control de enfermedades infecciosas y en la identificación de otros posibles riesgos sanitarios. El establecimiento de medidas preventivas y de vigilancia se torna esencial para reducir al máximo el riesgo de contagio entre la población afectada.

¿Qué es la leptospirosis?

La leptospirosis, una infección bacteriana que suele brotar tras episodios de inundación, representa un riesgo sanitario significativo en estas situaciones. Esta enfermedad puede transmitirse al entrar en contacto con agua estancada, suelos húmedos o lodos contaminados por orina de animales infectados, especialmente ratas, que actúan como principales portadores.

Es importante recalcar que esta enfermedad no se transmite de persona a persona, salvo en situaciones extremadamente inusuales.

Según el reciente informe del Ministerio de Sanidad de España, la situación actual en la Comunitat Valenciana destaca ciertos riesgos sanitarios asociados con enfermedades transmisibles, vectores de infección, lesiones e infecciones comunes en este tipo de emergencias climáticas.

Existen diversos factores que incrementan el riesgo de exposición a la leptospirosis:

  • Factores ocupacionales: trabajos que implican contacto frecuente con ambientes húmedos o fauna contaminada son más propensos a infectarse. Esto incluye a agricultores, ganaderos, empleados de mataderos, cazadores, veterinarios, trabajadores del alcantarillado, leñadores, empleados en plantaciones de arroz o personal militar.
  • Actividades de esparcimiento: realizar deportes acuáticos en agua dulce, como natación, piragüismo o kayak, así como practicar ciclismo de montaña en zonas cálidas, también aumenta la posibilidad de contagio.
  • Riesgos en el hogar: tener mascotas como perros, criar ganado, utilizar sistemas de captación de agua de lluvia o convivir con roedores en el hogar representan otros posibles focos de infección para las personas.

Síntomas a tener en cuenta

Es fundamental observar de cerca los síntomas en personas que han estado en contacto con áreas inundadas por la DANA o que han participado en labores de limpieza en las zonas afectadas. Ante cualquier señal de alerta, es recomendable acudir a un centro de salud. Los síntomas que requieren especial atención incluyen fiebre alta y prolongada, episodios severos de diarrea o vómito, dolor abdominal agudo y una tonalidad amarillenta en la piel o los ojos.

Otras señales a tener en cuenta son la presencia de orina de color oscuro, tos persistente o dificultad para respirar, erupciones cutáneas rojizas o moradas que podrían señalar sangrado bajo la piel, dolor de cabeza intenso o rigidez en el cuello, así como confusión, desorientación o episodios de agitación.

También es esencial vigilar cualquier herida o lesión abierta, especialmente si presentan signos de infección como enrojecimiento, inflamación, secreción o dolor en la zona afectada.

Tratamiento contra la leptospirosis

El tratamiento de la leptospirosis se basa en el uso de antibióticos, aunque no siempre son necesarios. Entre los antibióticos más comunes se encuentran la ampicilina, la azitromicina, la ceftriaxona, la doxiciclina y la penicilina.

En casos más graves o complicados, puede ser necesario un tratamiento adicional, que en ocasiones implica el ingreso en una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un hospital. Aunque no es necesario aislar a los pacientes, se recomienda manejar y desechar su orina con precaución para evitar cualquier riesgo de contagio.

Recomendaciones para evitar la leptospirosis

Entre las recomendaciones a la población para evitar la leptospirosis, es fundamental un lavado exhaustivo de manos con agua y jabón, además del uso de mascarilla, guantes, gafas de protección y ropa de manga larga durante las tareas de limpieza en las áreas afectadas. Igualmente, es muy importante evitar el consumo de alimentos que hayan estado en contacto con suelos inundados.

Para la limpieza en el hogar, se sugiere abrir ventanas y puertas para asegurar una buena ventilación, eliminar objetos y muebles mojados, así como el agua acumulada, lodo y barro. Es importante desinfectar paredes y suelos con lejía. En caso de hallar restos de animales, deben manipularse mínimamente con el equipo de protección adecuado, evitando el contacto con cualquier fluido y siguiendo las indicaciones del ayuntamiento para su eliminación.

Para reducir riesgos respiratorios, se aconseja mantener generadores portátiles y motores fuera de las viviendas y garajes, manteniéndolos alejados de puertas, ventanas o rejillas que puedan facilitar la entrada de gases al interior del hogar.