Comienza la temporada del vórtice polar. ¿Cómo será este invierno?
Como cada año, el vórtice polar estratosférico del hemisferio norte comienza a formarse a finales de agosto, fortaleciéndose durante los próximos meses y definiendo nuestro invierno según su comportamiento.
En la estratosfera del polo norte, entorno a los 8 y 10 km de altura, se está formando lo que se conoce como vórtice polar. Un sistema de baja presión que emerge a finales de agosto, debido al enfriamiento de la latitudes altas, y permanece hasta finales de invierno. Tanto su situación actual como su comportamiento en los próximos meses definirá el tiempo en Europa y en Estados Unidos durante este otoño e invierno.
¿Qué es el vórtice polar?
A media que nos acercamos al otoño, las regiones polares comienzan a recibir menos luz solar, las temperaturas descienden y se inicia el enfriamiento estacional en el polo norte. Cuando la temperatura cae sobre las regiones polares, también lo hace la presión, tanto en la superficie como en la estratosfera.
Mientras las regiones polares se enfrían, las subtropicales siguen recibiendo enormes cantidades de energía solar, creando un fuerte gradiente de temperatura, y también de presión, entre ambas. Como resultado, se desarrolla una gran circulación ciclónica de baja presión en todo el hemisferio norte que se extiende desde la superficie hasta la estratosfera, conocido como vórtice polar.
El descenso de temperatura estratosférico en el polo comienza típicamente en agosto, incrementando su fuerza durante septiembre y octubre para, finalmente, alcanzar su periodo de máximo enfriamiento en noviembre y diciembre, cuando el vórtice polar es más intenso.
¿Cómo se comporta el vórtice polar?
El vórtice polar suele tener dos patrones bien marcados que dependen de sus vientos en altitud y temperatura.
El primero, llamado vórtice polar fuerte, se encuentra a gran altitud, a unos 30 km en la estratosfera media durante el invierno. Tiene forma circular, la temperatura desciende rápidamente hacia su núcleo interno y sus vientos más fuertes se encuentran típicamente en el borde exterior. Este episodio, bloquea el aire frío en regiones polares, creando condiciones de tiempo suave en Estados Unidos y Europa.
El segundo, muy intuitivo, es el vórtice polar débil. Situado a 5 km de altitud (a menor altura, interactúa más con las montañas y el terreno) y con viento débiles, lo que provoca que se descuelgue el aire frío hacia latitudes más bajas. Este episodio ocasiona fuertes nevadas invernales y entradas de aire frío polar en Estados Unidos y Europa.
Normalmente, la fluctuación de estos patrones viene ligada a los calentamientos súbitos estratosféricos que, como bien indica su nombre, son repentinos calentamientos de la estratosfera polar que provocan un debilitamiento del vórtice, oscilando desde su estado fuerte al débil.
¿Qué invierno tendremos este año?
El comportamiento del vórtice polar y su influencia en nuestro invierno depende, a su vez, del fenómeno ENSO (conocidos por todos como El Niño y La Niña).
Este año, predomina La Niña, patrón climático que enfría las aguas del pacífico tropical y repercute en el clima global y en el vórtice polar. Históricamente, cuando este episodio está activo, existe entorno un 60 y 75% de probabilidades que se produzca un calentamiento súbito estratosférico.
Las señales actuales muestran una mayor probabilidad de que exista un evento de calentamiento estratosférico a mediados de invierno, aunque dependerá del posicionamiento de los sistemas de alta y baja presión del Pacífico Norte. En cualquier caso, el pronóstico del ECMWF también afianza este episodio, con vientos zonales débiles a finales del otoño y principios de invierno.
La suma de ambos fenómenos, tanto de La Niña como de los vientos, señalan un debilitamiento del vórtice polar, lo que se puede traducir en un un patrón más interrumpido y una posibilidad de bloqueo en latitudes altas, es decir, más aire frío en los Estados Unidos y Europa.