¿Qué fenómenos meteorológicos son típicos del invierno en España?
El invierno nos regala fotografías maravillosas: jornadas muy frías bajo un manto de niebla, heladas matinales y en algunos casos nieve sobre las superficies. El invierno climatológico acaba de arrancar y más de un día nos encontraremos con estos fenómenos, ¿por qué aparecen?
En el campo de la meteorología y la climatología el invierno comenzó ayer, día 1 de diciembre, y permanecerá con nosotros hasta que acabe febrero. Esta es una época del año donde los amaneceres fríos y gélidos vendrán acompañados de estampas maravillosas decoradas con fenómenos atmosféricos típicos de estas fechas pero, ¿cuáles son?
Aparecerá la nieve -y sus variantes-
El invierno nos brinda maravillosos paisajes nevados y pueblos cubiertos de nieve. Cuando llega el blanco meteoro a España es inevitable no hablar de él, ya que en muchos lugares resulta ser un fenómeno 'extraño' que aparece unas pocas veces al año. Este meteoro tan famoso nos visita cuando las masas de aire frío llegan a la Península Ibérica.
La nieve se forma cuando las minúsculas gotitas de agua en una nube se encuentran con temperaturas muy bajas. Al contactar con los núcleos higroscópicos -sales, polen o polvo-, se congelan formando esos pequeños cristales que conocemos como 'copos de nieve'. Esos cristales se van agrupando dentro de la nube y finalmente adoptan formas geométricas y bastante simétricas que caen al adquirir un cierto peso.
Existen diferentes tipos de nieve, en tanto que su fisionomía no siempre es igual, influyendo en su estado variables como la temperatura y la humedad. Numerosas veces, una combinación buena de ingredientes puede hacer que ocurran cosas inesperadas, por ejemplo, que caiga cinarra o copos en la niebla; o que la propia nieve cree imágenes impactantes como los rodillos, que son formaciones de nieve literamente enrolladas.
La niebla y neblina: amigas del anticiclón
Con la llegada del invierno la formación de nieblas es más habitual en nuestro país. Las altas presiones muchas veces provocan que este hidrometeoro se deje ver con 'normalidad'. Según su formación y origen encontramos distintos tipos de niebla, aunque las más conocidas y comunes son las de radiación y advección. Las primeras se forman en los valles y depresiones cuando el aire que está en contacto con el suelo se enfría y condensa la humedad disponible; las de advección aparecen sobre todo en otoño y primavera en el mar, cuando una masa de aire cálido se mueve sobre aguas frescas.
Tanto la niebla como la neblina están formadas por pequeñas gotas de agua en suspensión. A simple vista parecen iguales pero, lo cierto es que se distinguen por la densidad y tamaño de las partículas en suspensión. Si la visión del observador es de menos de un kilómetro se considera niebla, y si la vista alcanza más allá de un kilómetro se considera neblina.
Heladas matinales y 'sus meteoros'
La escarcha, el rocío blanco y la cencellada son hidrometeoros que también suelen formarse en las temporadas anticiclónicas invernales. La primera aparece fundamentalmente durante la noche, cuando el aire frío desciende y comienza a enfriarse junto con la superficie. En este caso, la humedad relativa tiene que ser superior a 60 % y la temperatura de la superficie inferior a los 0 ºC.
El rocío blanco, en cambio, aparece cuando la temperatura desciende por debajo de su punto de rocío, y luego la temperatura mínima de la noche es inferior a los 0 ºC. Por otro lado, y aunque el procedimiento es muy parecido, la cencellada aparece en escenarios con bancos de niebla. Las pequeñas gotículas están en estado de subfusión -líquidas a pesar de estar con temperaturas inferiores a los 0 ºC- y al entrar en contacto con alguna superficie quedan atrapadas en forma de pequeños y brillantes cristales de hielo.