Catastrófica campaña de la almendra en España: la sequía y los precios a la baja causan estragos en el sector agrícola
La extrema situación hídrica que afronta el sector agrícola aflora también en la campaña de la almendra, marcada por una reducción considerable de la producción y precios a la baja. Os contamos algunos aspectos de la reciente campaña
La producción de almendra en España ha sido durante mucho tiempo una fuente de orgullo y prosperidad para los agricultores, pues se puso en este cultivo una expectativa muy positiva. Sin embargo, en los últimos años el sector se ha enfrentado a desafíos significativos que han llevado a una reducción en la producción y, consecuentemente, a una disminución de los precios para los agricultores.
Algunas de las razones existentes detrás de esta tendencia preocupante para el sector de la almendra se basan en la nula reserva hídrica en el suelo, así como en una fuerte competencia con otros países productores de este fruto seco.
Causas de la reducción de la producción
La reducción de la producción de almendra en España se ha visto influida por varios factores, que han derivado en una situación compleja, inestable e incierta. Uno de los más prominentes es la innegable sequía persistente que ha afectado a gran parte del país en los últimos años.
La escasez de lluvia y la falta de agua en los embalses de riego han dificultado el crecimiento de los almendros y han disminuido la calidad y cantidad de las cosechas. Esta sequía ha llevado a una mayor vulnerabilidad de los árboles a ciertas enfermedades y plagas, lo que ha agravado aún más el problema.
Además de la sequía, la variabilidad atmosférica, como las olas de calor extremas y fuera de tiempo y las heladas tardías, también ha afectado negativamente a la producción de almendra. También la última DANA. Estos eventos meteorológicos extremos pueden dañar los cultivos y reducir la calidad y cantidad de la almendra.
Impacto en los agricultores
Esta reducción de la producción tiene un impacto directo en los agricultores y en el precio que reciben por sus cosechas. A todo esto, hay que sumar la interminable competencia desleal que ejercen los grandes países productores de pepita frente a nuestro producto. España es líder en producción de almendra en la Unión Europea.
Para muchos agricultores, esta situación se ha vuelto insostenible y algunos se han visto obligados a abandonar la producción de almendra y buscar fuentes de ingresos alternativas, lo que representa una pérdida significativa para la industria agrícola.
Según ASAJA la producción de almendra esta campaña experimentará una reducción en la producción del 51% con respecto a la anterior campaña, llegando incluso al 70% menos en el peor de los casos.
Posibles soluciones
Abordar la reducción de la producción de almendra y los bajos precios es crucial para el bienestar de los agricultores y la salud a largo plazo de una industria fuertemente afectada. Algunas posibles soluciones serían:
Mejora de la gestión del agua
Las inversiones en sistemas de riego eficientes y técnicas de conservación del agua pueden ayudar a mitigar los efectos de la sequía, mejorar las condiciones medioambientales y lograr cosechas medias en años extremos.
Desarrollo de variedades resistentes
La investigación agrícola puede llevar al desarrollo de variedades de almendros más resistentes a las condiciones climáticas adversas y a las plagas, aspectos cada vez más frecuentes y dañinos para el cultivo.
Promoción y diversificación de mercados.
Buscar nuevos mercados y formas de comercializar productos de almendra.
Apoyo gubernamental
Los gobiernos pueden proporcionar subsidios y asistencia técnica a los agricultores afectados para ayudarlos a enfrentar estos desafíos, así como, velar por el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria.
Ante todo, la almendra sigue siendo un activo valioso para España y nuestro sector agroalimentario, y es esencial tomar medidas para proteger su futuro y el de sus productores, al mismo tiempo que se respeta el entorno y las zonas rurales.