Nueva catástrofe ambiental en un Mar Menor en estado crítico
La laguna salada más extensa de Europa sufre la mayor crisis medioambiental de su historia. Por tercera vez en cinco años el Mar Menor se vuelve a quedar sin oxígeno, y esta vez bate récords con más 4 toneladas de peces muertos en una semana.
El Mar Menor es la laguna hipersalina más grande de Europa separada del Mar Mediterráneo por un cordón dunar; La Manga. A pesar de los intentos de preservar sus hábitats y ecosistemas únicos en el mundo, hoy en día casi el 60% de su perímetro está urbanizado y degradado.
El resultado de esta continua evolución ha dado lugar a grandes crisis ambientales, destacando las dos recientemente sufridas en el 2016 y 2019, cuando toneladas de diferentes especies marinas aparecieron muertas a las orillas del Mar Menor en la Región de Murcia.
Pese a las continuadas advertencias de los expertos, este verano se ha vuelto a repetir el terrible acontecimiento, y miles de peces muertos cubren, otra vez, los arenales del centro y sur del Mar Menor. Esta nueva catástrofe vuelve a dejar en evidencia la grave amenaza que sufre esta albufera desde hace décadas, como resultado directo de la actividad humana, en concreto a la falta de control en la agricultura, minería, pesca y turismo en la zona.
Eutrofización, un banquete para las algas
Los científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) culpabilizan principalmente a los vertidos continuos de las explotaciones de regadío de la agricultura intensiva del Campo de Cartagena. Estos vertidos aportan un exceso de nutrientes; concretamente entre tres y cinco toneladas diarias de fosfatos y nitratos, provocando la eutrofización del ecosistema marino.
La eutrofización produce una proliferación descontrolada de algas que aumenta la turbidez del agua e impide que la luz solar alcance el fondo de la laguna. A consecuencia de ello, la vegetación no puede realizar la fotosíntesis y muere, y mientras tanto crecen bacterias que se alimentan de la materia muerta y consumen el oxígeno que necesitan peces y moluscos.
Aunque estas son las causas fundamentales, el IEO no ha descartado que este nuevo episodio de alta mortalidad pueda estar influenciado por la ola de calor de hace unos días. A pesar de que se conoce que las especies marinas que habitan las lagunas se adaptan a cambios ambientales bruscos, el aumento de estos nutrientes disminuye la resistencia de las especies al estrés térmico.
Otro factor importante es el viento; si no sopla lo suficiente para oxigenar un poco la laguna, la zona con falta de oxígeno existente en el sector sur podría aumentar de tamaño y extenderse hacia el norte de la laguna, complicando aún más el escenario y provocando una falta casi total de oxígeno que podría poner fin al ecosistema del Mar Menor tal y cómo lo conocemos.
¿Estamos ante el final del Mar Menor, o todavía se puede solucionar esta crisis?
Los científicos expertos y los vecinos de la zona culpabilizan los continuados problemas del Mar Menor a la dejadez y desidia tanto de la administración regional como de la estatal. Mientras ambos gobiernos pelean por esclarecer quién debería actuar y encomendar las competencias de la laguna, el Mar Menor se ahoga. Por esta razón un grupo de profesionales de la Universidad de Murcia lanzan una iniciativa para conseguir que el Mar Menor tenga personalidad jurídica.
Tras los llamamientos masivos de la población, el ejecutivo de la Región de Murcia ha anunciado que se aplicará un decreto ley para prohibir la entrada de nutrientes por la rambla del Albujón. Mientras tanto, ha propuesto actuar inmediatamente en la zona realizando un dragado en un pequeño canal artificial de conexión (una gola) entre el Mar Menor y el Mediterráneo, con la idea de facilitar que se oxigene el agua de la laguna.
Sin embargo, esta medida ha sido rechazada por la comunidad científica, ya que consideran que el dragado podría hacer perder la singularidad de la albufera, por las diferentes características que presentan ambos mares, lo que podría agravar todavía más el problema.
Las medidas que sugieren los científicos son principalmente conseguir retirar los regadíos ilegales y llevar un control exhaustivo del uso de fertilizantes. También proponen limpiar las aguas de forma natural mediante el uso de bivalvos, con una técnica se denomina biorremediación que consiste en utilizar a estos ejemplares para eliminar contaminantes y ayudar a recuperar las aguas paradisiacas del mar Menor. Este conjunto de ideas acompañado de una buena gestión podría ayudar a salvar el Mar Menor en esta carrera contrarreloj.