Castañas: propiedades y beneficios de este fruto bajo en calorías
Las castañas son uno de los alimentos más recomendables de la temporada otoñal. ¿El motivo? Su excepcional valor nutricional y sus efectos beneficiosos en nuestro organismo.
En España, la llegada del otoño marca la época ideal para disfrutar de las castañas, aunque su excelente capacidad de conservación permite consumirlas a lo largo de todo el año. Y es que, a pesar de no ser tan conocidas como otros frutos secos, destacan por ser uno de los alimentos que mejor resisten el paso del tiempo.
Este fruto seco ofrece múltiples ventajas, entre ellas su bajo aporte calórico, muy inferior al de la mayoría de otros frutos parecidos, como almendras, avellanas o anacardos. Con apenas 179 calorías por cada 100 gramos de castañas crudas, esta cifra aumenta ligeramente al asarse, debido a la pérdida de agua durante la cocción.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), "las castañas son una excelente fuente de fibra y ricas en carbohidratos complejos". Estos últimos constituyen casi el 50% de su composición, lo que las convierte en una fuente fundamental de energía que debería estar presente en cualquier dieta equilibrada.
Los grandes beneficios de las castañas
Las castañas destacan por tener un contenido graso comparable al de los cereales, lo que las sitúa muy por debajo de otros frutos secos en cuanto a aporte de grasa. Esto, sumado a su alto porcentaje de agua, que ronda el 50%, las convierte en una opción con muy pocas calorías, según afirman expertos de la FEN.
Este fruto seco ofrece numerosos beneficios adicionales.
- Minerales: las castañas aportan una rica variedad de minerales esenciales como fósforo, potasio, calcio, magnesio, zinc, hierro, cobre y manganeso.
- Antioxidantes: las castañas son una fuente natural de antioxidantes, como la vitamina C, que ayuda a proteger el cuerpo contra los radicales libres, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades crónicas y reforzando el sistema inmunológico. También contienen vitaminas E, A y varias del grupo B.
- Fibra: la fibra en las castañas favorece una digestión saludable, ayudando a prevenir el estreñimiento y mejorando la salud intestinal. Además, es muy apropiada para regular los niveles de glucosa en sangre y controlar el colesterol.
La forma más adecuada de comer castañas
Este fruto seco no sólo es beneficioso por su alto valor nutricional, también lo es por su gran versatilidad en la cocina. Las castañas se pueden disfrutar de diversas formas: crudas, asadas, hervidas o confitadas, y son un excelente complemento en ensaladas, guisos, purés, postres e incluso como acompañamiento de platos principales.
En general, las castañas son adecuadas para la mayoría de las personas, excepto para quienes presenten alergias o intolerancias. También es importante señalar que cuando están crudas contienen un alto nivel de taninos. Esto puede causar molestias digestivas o gases, especialmente si se consumen en grandes cantidades.
Para evitar las molestias digestivas, es recomendable que las castañas se almacenen entre siete y diez días tras ser recolectadas. Durante este tiempo, el contenido de taninos disminuye y el almidón se convierte en azúcares más fáciles de digerir.