Cascada del Pozo de los Humos: las cataratas del Niágara españolas situadas a una hora de Salamanca
Para tu próxima escapada te recomendamos acercarte a la impresionante cascada del Pozo de los Humos, en la provincia de Salamanca, que está considerada como las Cataratas del Niágara españolas.
En el corazón del Parque Natural de Arribes del Duero se esconde uno de los tesoros naturales más asombrosos de España: la cascada del Pozo de los Humos. Esta maravilla, más que un simple destino, es una experiencia que va más allá de la imaginación.
Se trata de una obra maestra de la naturaleza que merece ser explorada y compartida. Ya sea siguiendo la Senda de Unamuno desde Masueco, o disfrutando del impresionante mirador desde Pereña de la Ribera, cada paso te acerca a la grandeza de este monumento natural. El avistamiento de aves, las leyendas que envuelven al Pozo y la imponente presencia de la cascada te proporcionarán recuerdos inolvidables.
Un espectáculo natural en la época otoñal
Con la llegada del otoño, el Parque Natural de los Arribes del Duero se viste de preciosos y vibrantes colores. Es el momento ideal para realizar una ruta hasta la cascada del Pozo de los Humos. Este destino tan especial se encuentra a orillas del río Uces, un afluente del majestuoso Duero. La cascada que surge en este remoto rincón se erige como una de las más imponentes de nuestro país.
Para la magnífica experiencia de conocer las Cataratas del Niágara salmantinas, es recomendable llevar calzado adecuado. También se recomienda unos buenos prismáticos y una cámara de fotos de calidad, porque este paraje natural proporciona espectaculares vistas y magníficas instantáneas.
Conoce las dos rutas para admirar la cascada del Pozo de los Humos
Hay dos propuestas de senderismo para llegar al Pozo de los Humos, ambas con una dificultad baja, y accesibles para todos los públicos. Desde la ciudad de Salamanca nos dirigimos a la comarca de Vitigudino, que abarca la zona sur del Parque Natural de los Arribes del Duero. Allí encontraremos las dos rutas, delineadas por la ribera del río, que nos conducen hasta la cascada.
Ruta al Pozo de los Humos desde Masueco
Si eliges iniciar tu recorrido desde Masueco, un pequeño pueblo de Salamanca situado en la frontera con Portugal, podrás realizar la llamada Senda de Unamuno. Este camino, de aproximadamente dos kilómetros y medio, rinde homenaje al famoso escritor Miguel de Unamuno, quien quedó maravillado por la cascada hace ya más de un siglo. Este ilustre visitante plasmó la belleza del salto de agua en algunos de sus artículos de la época, dando al camino el nombre que lleva en su honor.
Al llegar al final de la senda veremos una vertiginosa pasarela incrustada en la roca y sobre el vacío, brindando a los más valientes una vista única del Pozo desde lo más alto. El nombre "Pozo de los Humos" proviene de la nube de agua en polvo que se genera al impactar en la caída. Es por ello que esta cascada, con un salto de terreno de cincuenta metros de altitud, recuerda (aunque a mucha menor escala) a las famosas Cataratas del Niágara.
Retrocediendo hacia la bifurcación del río, puedes desviarte hacia el este y descubrir el encantador Pozo de las Vacas, bautizado así por una leyenda que narra la caída de un carro de vacas cargado de cereal. Además del espectáculo acuático, los cielos sobre el Pozo de los Humos ofrecen un espectáculo único durante esta época del año, con la presencia de aves rapaces como buitres o águilas reales o culebreras.
Así es la ruta desde Pereña de la Ribera
La ruta desde la otra orilla del río Uces, partiendo de Pereña de la Ribera, ofrece una opción todavía más corta y un estacionamiento cercano. En esta ruta encontrarás estratégicos miradores, como el Mirador del Regato de la Cribera, situado a sólo cuatrocientos metros del parking. A diferencia del mirador de Masueco, este punto de observación desde Pereña brinda una panorámica impagable de la cascada vista desde la lejanía.
El camino, de dificultad mínima y delimitado por cuerdas, serpentea entre encinas, y al llegar al mirador el terreno se vuelve un poco más abrupto. La primera cascada que se presenta es la del Regato de la Cribera, con una bajada de aproximadamente trescientos metros, donde el agua se desliza salvajemente por la montaña.
Desde el mirador, puedes descender a la base de la cascada a través de un camino que ofrece cierta dificultad. A medida que te acercas al salto, el rugido del agua se intensifica, proporcionando una experiencia sensorial única. Al alcanzar la lagunilla de la base de la cascada, y dependiendo del caudal del río, el estruendo puede obligarte a hablar a gritos. Desde este punto, sólo queda capturar las imponentes imágenes que nos proporciona el increíble paraje.