El virus del Nilo Occidental en España: aliado con el cambio climático
El 2020 va a ser un año que va a permanecer en nuestra memoria para siempre. La pandemia que nos azota ahora comparte escenario con el virus del Nilo Occidental, una enfermedad infecciosa que se transmite a través de los artrópodos.
El virus del Nilo Occidental (WNV) es una enfermedad infecciosa que se identificó por primera vez en Uganda en los años 30. Los mosquitos y otros artrópodos son los mayores culpables de diseminar el virus que lo causa y que persista más en el tiempo. Actualmente con el calentamiento global la situación parece estar agravándose. El incremento de temperaturas juega un papel muy importante en la extensión del virus.
La población de artrópodos aumenta
Un equipo de investigadores del Instituto y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) reveló hace años que este virus afecta especialmente a aves, roedores y equinos, también a los humanos aunque de forma infrecuente. El calentamiento global, los movimientos migratorios de aves e incluso de personas pueden propiciar su diseminación en otras partes del mundo.
El WNV se transmite a través de vectores artrópodos, sobre todo con los mosquitos (género Culex). Las picaduras de estos insectos pueden provocar intensos cuadros de encefalitis que, de no tratarse correctamente, pueden derivar incluso en la muerte. El 80% de los casos en humanos son asintomáticos, por eso la tasa de infección es desconocida y solo se declara cuando existen brotes epidémicos con casos de gravedad.
Aunque en Europa su presencia se limita a casos puntuales, o por lo menos lo era hasta ahora, en Estados Unidos ocurre todo lo contrario. Un brote detectado en Israel en el año 1999 llegó hasta el continente americano y desde entonces se han detectado entre 1,3 y 3,5 millones de casos (hay nuevos estudios que duplican la incidencia) y alrededor de 1100 fallecimientos.
El cambio climático y la presencia del virus en España
En España, el último caso era de 2004 cuando un foco en Portugal se extendió hasta Badajoz. El virus viajó desde Extremadura hasta Cataluña, a través de un ciudadano de Barcelona que contrajo la infección. Ahora la situación es diferente. Desde mediados de agosto han sido varios los pacientes que han sido hospitalizados en Sevilla, hasta ayer eran 19 los casos confirmados, y han fallecido tres personas.
El cambio climático está consiguiendo que el virus se expanda con mayor facilidad. Los artrópodos necesitan temperaturas cálidas y humedad para reproducirse. Muchas de las zonas que antiguamente eran hostiles para los mosquitos, ahora se han convertido en favorables. La transmisión en España podría estar aumentando en áreas de riesgo como las cercanías de humedales, donde conviven aves migratorias con grandes poblaciones de mosquitos.
Otro aspecto a destacar es que si las temperaturas suben, las fechas en las que pican los mosquitos también se incrementan. Por esta razón pueden multiplicar el virus en su interior, ya que la longevidad de la población de mosquitos está directamente relacionada con la duración del ambiente templado o caluroso.