Cuatro factores que agravarán el inminente episodio de lluvias
La próxima semana arrancará con una borrasca que dejará abundantes precipitaciones en la mitad occidental acompañadas de fuertes vientos. Habrá que vigilar varios factores que pueden hacer de este episodio un importante temporal.
Durante los primeros días de esta próxima semana, una gran borrasca asociada a una vaguada muy pronunciada se situará al oeste peninsular. Desde allí, provocará una potente advección de vientos de suroeste templados y húmedos, ampliamente conocidos como 'ábregos', que suelen traer consigo temporales de lluvias que afectan, de forma ocasional, en otoño e invierno a las comunidades del oeste. Con esta situación, cabe esperar en la mayor parte de los casos un episodio generalizado de precipitaciones en la vertiente atlántica de la Península Ibérica, siendo las zonas propensas a recibir estas lluvias aquellas orientadas a flujos de suroeste de la mitad occidental.
En este tipo de situaciones destacan casi siempre buena parte de Galicia, Portugal, Extremadura y entorno del Sistema Central. Este episodio de lluvias puede ser especialmente intenso, dejando acumulados que localmente alcancen o superen los 200 litros por metro cuadrado. Estas cifras ya son muy significativas y propensas a producir incidencias, por lo que no estamos hablando de un frente de lluvias cualquiera. Además, hay varios factores que agravarán este episodio:
La procedencia de la masa de aire
El aire templado puede contener mucha más humedad que el aire frío antes de saturarse. La borrasca que nos afectará se situará de tal forma que arrastrará aire de latitudes subtropicales directamente hasta la Península Ibérica. Esta masa de aire tendrá un elevado contenido en humedad, mucho más del que tendría de proceder de regiones más frías del Atlántico Norte, por lo que será mucho más eficiente a la hora de producir nubosidad y precipitaciones.
El recorrido marítimo
No sólo la procedencia es subtropical, sino que además, esta masa de aire en ningún momento atravesará una zona continental en la que pueda perder parte de su humedad, ni se topará con una irrupción de aire seco o frío por el camino. Seguirá avanzando directamente sobre el Atlántico manteniendo sus propiedades y llegando completamente saturada de humedad a la Península Ibérica.
El aire frío en altura
Aunque la masa de aire en superficie es templada, en altura una importante masa de aire frío se situará inmediatamente al oeste, sobre el Atlántico, con temperaturas a 500 hPa (unos 5500 metros de altitud) que pueden alcanzar los -25 ºC. Esto es garantía de inestabilidad y ascensos marcados de aire en todo el ramal ascendente de la vaguada, es decir, sobre el suroeste de Europa en este caso. No sólo lloverá cuando nos rebase un frente frío o en zonas montañosas favorables, sino que las nubes podrán crecer de forma generalizada también en zonas llanas dando lugar a chubascos convectivos una vez pasen los sistemas frontales asociados a la borrasca.
El viento y la orografía
Otro factor importante a tener en cuenta es que la profundidad de la borrasca favorecerá los efectos orográficos de la lluvia y el viento. La advección de suroeste será intensa en niveles medios y bajos, obligando a la masa de aire a remontar la orografía peninsular con gran rapidez. El aire ascenderá y perderá gran parte de su humedad en la vertiente sur de las elevaciones del oeste y centro peninsular dejando allí las precipitaciones más intensas. Este efecto será especialmente importante en el sur de Galicia y Sistema Central occidental, concretamente al sur de Gredos, Béjar y la Sierra de la Estrella. Al norte de estas sierras las precipitaciones serán mucho más escasas por el conocido efecto Foehn, al haber precipitado gran parte de la humedad de la masa de aire.
En general, se tratará de un temporal importante y del que aún desconocemos bastantes detalles que nos irán mostrando los modelos meteorológicos a lo largo del fin de semana, ya que hasta ahora existía una importante incertidumbre en su evolución, obligándonos a prestar atención a nuevos factores que puedan entrar en juego.
No pasará tampoco desapercibido el viento, que acompañará al episodio de precipitaciones y agravará el temporal en muchas zonas. Las rachas podrán superar los 60 km/h en amplias zonas del interior, incluso los 90 km/h cuando el viento, previo ascenso más seco y frío, se precipite por la cara norte de la Cordillera Cantábrica, el Sistemas Central o los Pirineos. Si se confirma el vendaval, la borrasca probablemente acogerá el nombre de Bárbara.