'Bomba de mercurio' en el Ártico: el deshielo del permafrost podría poner en riesgo a millones de personas
El calentamiento acelerado del Ártico está liberando grandes cantidades de mercurio atrapado en el permafrost, lo que supone una amenaza creciente para millones de habitantes de la región y para los ecosistemas locales.
El Ártico se está calentando cuatro veces más que el promedio mundial, lo que plantea una amenaza ambiental de proporciones gigantescas. En esta línea, el mercurio, un metal tóxico que ha estado atrapado en el permafrost durante milenios, está siendo liberado por los ríos a medida que erosionan los bordes de la tierra helada.
Este fenómeno podría tener graves consecuencias para los 5 millones de habitantes de la región ártica, de los cuales más de 3 millones viven en zonas donde se espera que el permafrost desaparezca por completo de aquí a 2050.
Una nueva metodología revela riesgos preocupantes asociados con las liberaciones de mercurio en el Ártico
Un estudio reciente publicado en la revista Environmental Research Letters por investigadores de la Universidad del Sur de California (USC), Dornsife College of Letters, Arts and Sciences, ha destacado una metodología más precisa para medir la cantidad de mercurio que se libera del permafrost por acción de los ríos. Este estudio representa un importante punto de inflexión en la comprensión de los riesgos que esta "bomba de mercurio" plantea para el medio ambiente y la salud de las comunidades locales.
De hecho, explica que la circulación natural de la atmósfera del planeta tiende a desplazar los contaminantes hacia latitudes elevadas, lo que provoca la acumulación de mercurio en el Ártico. Teniendo en cuenta esta condición, parte de la contaminación por mercurio terminará en el Ártico, influenciada por su forma química.
El permafrost ha acumulado tanto mercurio que puede eclipsar la cantidad que hay en los océanos, los suelos, la atmósfera y la biosfera combinados.
Lo que sucede en el Ártico contribuye a este efecto. En este contexto, las plantas absorben mercurio del medio ambiente. Cuando mueren, se integran en el suelo, que eventualmente se congela formando permafrost. Durante miles de años, la concentración de mercurio en estos suelos helados ha aumentado significativamente. Sin embargo, a medida que el cambio climático acelera el deshielo del permafrost, el mercurio almacenado se está liberando al medio ambiente, lo que supone un riesgo cada vez mayor.
Preocupaciones a largo plazo sobre el mercurio en los ecosistemas árticos y los riesgos para las comunidades locales
El equipo de investigación, que incluye colaboradores del Instituto Tecnológico de California (Caltech), el Consejo Intertribal de Cuencas Hidrográficas del Río Yukon, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos, se centró en estudios en dos aldeas de norte de Alaska, situada en la cuenca del río Yukón: Beaver, 160 km al norte de Fairbanks, y Huslia, 400 km al oeste de Beaver.
Los métodos anteriores para estimar los niveles de mercurio se basaban en muestras tomadas de los tres metros superiores del permafrost. El equipo dirigido por USC Dornsife analizó el mercurio en sedimentos de riberas de ríos y bancos de arena.
Los investigadores descubrieron que los niveles de mercurio en los sedimentos coincidían con estimaciones más altas de estudios anteriores, lo que confirma que las muestras de sedimentos proporcionan una medida fiable del contenido de mercurio y ofrecen una visión más profunda de los peligros ocultos en el permafrost.
Además, el equipo utilizó datos de teledetección para monitorear la rapidez con la que el río Yukon está cambiando su curso, un cambio natural con el tiempo. Estos cambios en el curso del río son significativos, ya que afectan la cantidad de sedimento cargado de mercurio que se erosiona de las orillas y se deposita en los bancos de arena.
Un hallazgo adicional del estudio corresponde al registro de que los sedimentos de grano más fino contienen más mercurio que los de grano más grueso, lo que sugiere que ciertos tipos de suelo pueden presentar mayores riesgos.
Aunque el mercurio liberado por el derretimiento del permafrost no representa una amenaza tóxica grave en la actualidad, sus efectos se acumulan con el tiempo. La exposición al mercurio aumenta a medida que el metal se acumula en la cadena alimentaria, especialmente en los peces y animales de caza consumidos por los humanos.
Las consecuencias a largo plazo podrían ser devastadoras, particularmente para las comunidades árticas que dependen de la caza y la pesca. Varias décadas de exposición a este metal, especialmente con niveles crecientes, pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente natural y la salud de quienes viven en estas áreas.
Referencia de la noticia:
Smith, M. I., Ke, Y., Geyman, E. C., Reahl, J. N., Douglas, M. M., Seelen, E. A., ... & West, A. J. (2024). Mercury stocks in discontinuous permafrost and their mobilization by river migration in the Yukon River Basin. Environmental Research Letters, 19(8) 084041, 10.1088/1748-9326/ad536e.