Balance de septiembre 2020 en España: cálido y algo seco
Este mes nos lo resume el siguiente refrán: “Septiembre: más que septiembre, se tiemble”. Por un lado mucho calor, por otro importantes precipitaciones locales y, al final, con nieve en las montañas. Veamos con detalle todas estas cosas.
En los primeros 10 días del mes las temperaturas máximas siguieron siendo altas, especialmente en el suroeste peninsular, interior de Galicia y en las Canarias; las precipitaciones fueron escasas hasta la formación de una DANA en el Mediterráneo, que afectó a Cataluña y a Baleares, superándose los 100 l/m2 en el oeste de la isla de Mallorca.
La siguiente decena se inició igual, con máximas muy elevadas en las Canarias, en el oeste peninsular y con una entrada de viento sur en el País Vaco, preludio del temporal atlántico que regó a casi toda la Península a partir del día 17, especialmente en la cara meridional de los sistemas Central y Pirineos, con acumulaciones puntuales superiores a los 150 l/m2.
Los últimos diez días de septiembre fueron muy movidos. Empezaron con lluvias en el noreste peninsular que, poco después, enlazaron con la llegada de la borrasca con gran impacto Odette, entre el 25 y el 26 al tercio norte de la Península, que produjo un descenso brusco de los termómetros e importantes precipitaciones. Finalmente, llegó el veranillo de San Miguel, con temperaturas altas para la época del año, principalmente en el sur peninsular y en Canarias.
Temperaturas cálidas
Las máximas han sido superiores a lo normal en todo el país debido a varios episodios cálidos, principalmente en la primera quincena, con valores inusualmente elevados en el extremo norte peninsular y en Canarias. Podemos destacar los registros de Ribadavia, Orense, con 38,3 ºC y Bilbao aeropuerto con 37,7 ºC, en ambos casos el día 13.
En estaciones de AEMET, el valor más alto mensual se alcanzó el día 8 en La Aldea de San Nicolás, Gran Canaria, con 40,7 ºC. En este mes se batieron varios récords de temperatura máxima, tanto absoluta como relativa al último período. Sobresalieron el aeropuerto de La Coruña con 35,9 ºC y Vigo aeropuerto con 36,6 ºC, este último a tres décimas de igualar su marca absoluta.
Los valores nocturnos han sido entre normales y superiores a lo normal también en todas las comarcas, con excepción de las áreas montañosas del norte de la Península, que con la irrupción fría de final del mes han sido normales. En estaciones de AEMET que no son de alta montaña, el valor más bajo mensual se produjo el día 28 en Morón de Almazán, Soria, con -1,8 ºC. Durante este mes se igualó la temperatura mínima absoluta más alta, en el observatorio de Vigo aeropuerto, con 21,4 ºC el día 13.
Precipitaciones más bien escasas
Septiembre fue entre seco y normal si consideramos el conjunto del país; con zonas de la cornisa cantábrica, Pirineos occidental y oriental, meseta norte, centro de la Península, Sistema Central, de Cataluña y de Baleares, donde la precipitación superó con claridad su valor normal para este mes. Por ejemplo, el puerto de Navacerrada llegó al 227 % o el aeropuerto de Madrid al 281 %.
Por el contrario, en puntos de los extremos oeste, sur y este de la Península, así como en gran parte del archipiélago canario, las precipitaciones fueron muy escasas y apenas llegaron al 25 % de su valor normal.
En este mes, se batió el récord absoluto de precipitación máxima en un día 2 en el observatorio de Segovia, con 32,6 l/m2 el día 18.
Consideraciones finales
Como en los otros meses del verano me gustaría destacar dos puntos importantes que se han repetido también en septiembre. Por un lado son los violentos frentes de racha que se sufrieron en muchos puntos de nuestra geografía, destacar el que se produjo en la estación automática de Motrico, Guipúzcoa, el día 17, con racha de 115 km/h y con una precipitación de 19 l/m2.
Y el otro es la humedad relativa tan baja que hubo en muchas comarcas, principalmente del interior de Galicia y del sur y este peninsulares con muchos momentos de valores inferiores al 20 %. Ambos factores son muy importantes a la hora de la evaporación, del incremento de los incendios forestales y de la pérdida de agua en nuestros pantanos.
El agua embalsada en la actualidad es del 46,5 % de su capacidad máxima, con una pérdida mensual cercana al 5 %. Estamos un 8 % por debajo de la media de los últimos 10 años en el agua embalsada en España y un 4 % por encima de la misma semana del año pasado. Ya nos advierte el refranero sobre Septiembre: “Del mes que entra con abad (San Gil) y sale con fraile (San Jerónimo), Dios nos guarde”.