Avispa asiática: una vertiginosa invasión que tiene en vilo a Europa
Desde hace casi dos décadas, la presencia de esta especie animal invasora sigue preocupando a las autoridades europeas. Ahora, un estudio podría arrojar luz sobre cómo combatir el problema. ¡Descubre más sobre este tema aquí!
La presencia de la avispa asiática (vespa velutina) en Europa está constatada desde 2004, cuando se descubrió un ejemplar de este insecto en Francia, procedente de China. Desde entonces, amplía su territorio una media de 80 kilómetros al año, mientras se alimenta de abejas, moscas y otros insectos autóctonos. La aparición en la Europa insular, concretamente en las Islas Británicas, se produjo en 2016 en Gran Bretaña y en 2021 en la isla de Irlanda.
Un estudio realizado precisamente en Irlanda, en concreto por la Universidad de Cork, trata de comprender cómo se produjo la expansión de la especie en términos genéticos, llegando a una increíble conclusión: los ejemplares encontrados y analizados en Irlanda descienden directamente del primer ejemplar que llegó a territorio europeo, hacia la primera década del siglo XXI.
A partir del análisis comparativo de tres genes de la primera especie encontrada en Irlanda y de otras especies halladas en Europa continental, se pudo demostrar científicamente que los genes eran mitocondriales, es decir, que habían sido transmitidos por el linaje femenino.
Estudios anteriores, basados únicamente en el análisis comparativo de un gen, ya habían previsto este resultado, que ahora se ha demostrado: la población de avispas asiáticas en Europa, que debe de ser de millones, desciende únicamente de una "reina".
¿Cómo podrían ayudar estos hallazgos?
Este descubrimiento puede tener numerosas ventajas en el futuro de la lucha contra los impactos de esta especie invasora en los hábitats europeos. El estudio desarrollado en Irlanda indica que la escasa diversidad genética presente en la población de avispas asiáticas, puede ser un factor positivo a la hora de controlar la población y su propagación.
El mismo estudio indica que, en el futuro, el cambio climático puede disminuir la capacidad de los ecosistemas para responder a este tipo de invasión, es decir, que es importante que se siga vigilando la situación relacionada con la velutina para evitar un retroceso en la lucha contra esta especie. Se sabe que las especies invasoras tienen una capacidad excepcional para propagarse rápidamente, sobre todo en los ecosistemas más frágiles (o menos preparados), con un enorme potencial para causar grandes daños.
En su hábitat natural, la avispa asiática ataca a sus presas (como las abejas asiáticas, por ejemplo) de forma feroz, sin embargo, sus presas tienen mecanismos de defensa más desarrollados, que no comparten sus parientes europeas. Así, las abejas europeas son blanco fácil de las despiadadas avispas asiáticas, una situación que ha causado algunos problemas en la polinización de flores y árboles frutales.
Afortunadamente, desde el punto de vista de la agresividad hacia los humanos, la avispa asiática ha demostrado ser menos agresiva que su homóloga europea, lo que significa que la probabilidad de sufrir una picadura y desarrollar una reacción alérgica es menor en comparación con una picadura de avispa europea.
Así pues, con lo que se sabe y con los estudios que se están realizando sobre esta especie, es posible augurar cierto éxito en la lucha contra esta especie invasora, que pone en peligro la actividad agrícola, la renta y, en definitiva, la alimentación de millones de europeos.