Avisos de la AEMET: este es el significado de sus avisos verde, amarillo, naranja y rojo

El sistema de avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) tiene como objetivo poner en guardia a la población cuando se prevé un fenómeno meteorológico adverso (FMA) que puede provocar daños materiales o humanos.

Estos son los criterios para la activación de avisos

Los avisos se activan en base a la intensidad del fenómeno en cuestión (vientos con rachas por encima de 70 Km/h, por ejemplo) y su rareza. Los fenómenos meteorológicos que causan más impactos son aquellos que tienen un período de retorno alto, es decir, que son poco habituales. Por ejemplo, una nevada de 2 cm en Segovia no implicaría ni tan solo un aviso amarillo mientras que en Madrid podría resultar potencialmente problemática.

La AEMET activa avisos con hasta 72 horas de antelación (tres días) y para trece fenómenos adversos: lluvias, nevadas, vientos, tormentas, temperaturas máximas y mínimas, fenómenos costeros, polvo en suspensión, aludes, galernas, risagas, nieblas y deshielos. Los umbrales de activación de avisos pueden consultarse en el plan Meteoalerta.

Avisos y alertas, no son lo mismo

La AEMET activa avisos en su página web si se prevé que se sobrepase algún umbral de intensidad en un FMA. Estos avisos se envían a diversos organismos, entre ellos protección civil. En base a esta y otras informaciones, protección civil activa alertas y coordina las acciones a llevar a cabo con emergencias y otros sectores. Aunque ambos conceptos son similares, suelen confundirse. Hablar de “alerta amarilla” es incorrecto puesto que el sistema de alertas de protección civil no se basa en colores sino en índices de gravedad.

Avisos de predicción y de observación

Cuando hay un FMA previsto con antelación se emite un aviso de predicción. Este es el tipo de aviso más habitual y que mejor permite prevenir potenciales impactos. Cuando el fenómeno meteorológico se desarrolla de manera rápida (tormentas, por ejemplo) pueden activarse avisos de observación. Estos avisos se activan en función de lo que se está observando a tiempo real a través de herramientas como el radar, satélite o diferentes variables medidas por las estaciones meteorológicas.

Los colores de los avisos y su significado

La escala de colores nos indica el potencial peligro, impacto y rareza que puede tener un FMA sobre los bienes y las personas. Entre los colores empleados, el primero de todos es el verde que supone la ausencia de avisos, vamos a explicar los que si deben trascender de menor a mayor impacto.

Aviso amarillo

No existe riesgo para la población en general pero sí para alguna actividad concreta. Si tienes planeada alguna actividad al aire libre (una ruta en bicicleta, una excursión en la montaña o salir a navegar) existe cierto nivel de peligro, pero en general el riesgo es bajo para actividades cotidianas como ir al supermercado o al trabajo. Hay que estar pendientes de las informaciones meteorológicas puesto que un aviso amarillo puede elevarse a naranja en poco tiempo.

Aviso naranja

El riesgo meteorológico es importante. Pueden producirse fenómenos poco habituales con cierto impacto en las actividades habituales. Esto quiere decir que tareas cotidianas como coger el coche para ir al trabajo pueden resultar peligrosas. Cuando hay previsto un aviso naranja con 24 o más horas de antelación es necesario tomar algunas medidas en casa y cambiar planes (limpiar canaletas y desagües, cancelar un evento al aire libre, etc.)

Aviso rojo

¡El riesgo meteorológico es extremo! Fenómenos no habituales y de intensidad excepcional. Las actividades del día a día pueden verse gravemente alteradas. Esto implica que ir al trabajo o al trabajo puede ser peligroso. En situaciones de aviso rojo, se recomienda evitar desplazamientos. Pueden producirse graves retrasos o cancelaciones en el tráfico aéreo y ferroviario.

¡Ojo! Que se desactive un aviso no implica que el riesgo ha desaparecido. En muchos casos, el rojo pasa a naranja de modo que todavía hay riesgo por unas horas.