Hoy llega a la Península el SO2 emitido por el volcán de La Palma
La erupción en La Palma ha aumentado su explosividad en las últimas horas y, además, está emitiendo una sorprendente cantidad de dióxido de azufre que ya está llegando a la Península Ibérica. ¿Tendrá consecuencias?
La erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma está siendo llamativa especialmente por su ubicación, en una zona poblada. Hace medio siglo que se produjo la última erupción en tierra firme en las Islas Canarias, la del Teneguía en 1971, también en La Palma, y no tuvo ni mucho menos las repercusiones que está teniendo la actual. En aquella ocasión se produjo en una zona mucho más apartada de la población. Esta erupción, además de afectar a una zona poblada, está resultando ser -relativamente- potente en su fase inicial, con una explosividad que ha ido en aumento en estas últimas 48 horas, dándole un carácter estromboliano muy marcado.
Se asemeja más a la erupción del San Juan, en 1949, la cual tuvo lugar a pocos kilómetros de esta zona y que alcanzó un índice de explosividad volcánica (VEI) 2, lo que se corresponde con una explosividad ordinaria pero significativa y un volumen de piroclastos emitido a la atmósfera superior a 1 hectómetro cúbico. Además, expulsó unos 54 hectómetros cúbicos de lava según los estudios publicados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN). La erupción actual va acercándose poco a poco a esas cifras aunque sin alcanzarlas por ahora y, según el Instituto Vulcanológico de Canarias (INVOLCAN), hoy la altura de la columna de cenizas alcanzaba los 4,2 km según estimaciones iniciales.
Al margen de los piroclastos expulsados, este volcán está destacando por emitir una enorme cantidad de óxidos de azufre. Muy superior, por ejemplo, a la generada por la última erupción del Etna del pasado martes. Este gas es relativamente tóxico en concentraciones pequeñas. De hecho, el principal problema que tiene es que reacciona con el agua dando lugar a ácido sulfúrico, lo que resulta nocivo si entra en contacto con los ojos, vías respiratorias o incluso la humedad de nuestra piel. Cuando se dispersa en la atmósfera, puede reaccionar con el agua de las nubes y las gotas de lluvia, bajando el PH del agua de la misma y dando lugar a lluvia ácida.
En principio, no se esperan precipitaciones importantes en los próximos días en La Palma, al margen de algunas lloviznas en el centro y norte de la Isla durante este viernes, por lo que la lluvia ácida por ahora no es una amenaza. Además conviene tener en cuenta que los modelos de predicción del SO2 nos muestran su concentración en toda la columna de la atmósfera, sin tener en cuenta variaciones en función de la altitud. Si las concentraciones en los niveles donde tiene lugar la nucleación y la precipitación son bajas, no se producirá este fenómeno. Sin embargo, a lo largo de las próximas semanas será un fenómeno a tener en cuenta dependiendo de cómo evolucione la erupción y las condiciones meteorológicas en la isla.
¿Llegará el dióxido de azufre y la lluvia ácida a la Península?
La cantidad de dióxido de azufre que está emitiendo el volcán Cumbre Vieja en estas primeras fases eruptivas es muy grande y en las próximas horas la nube alcanzará a la Península Ibérica y buena parte del Mediterráneo occidental. Esto se debe a la presencia de esa DANA al oeste peninsular que, además de dejar fuertes precipitaciones y tormentas en el entorno peninsular, también favorecerá un flujo de vientos de componente sur y suroeste, obligando a las masas de aire a ascender desde regiones próximas a Canarias.
En cualquier caso, las concentraciones de dióxido de azufre no superarán los 100 mg/m2 en prácticamente ningún punto de la Península, por lo que las lluvias que puedan producirse tendrán una acidez mínima. De hecho, con las previsiones de concentración actuales, puede que ni siquiera sea comparable a la acidez que adquiere como consecuencia de la contaminación producida en entornos urbanos, por lo que este factor no será un problema.
Tampoco será un inconveniente importante la emisión de cenizas y otros aerosoles, a diferencia de cómo ocurrió con la erupción del Eyjafjallajökull en Islandia en 2010, que afectó notablemente al tráfico aéreo de toda Europa. El motivo es que en este caso la explosividad del volcán, sin ser nada despreciable, es más moderada, lo que impide que las cenizas alcancen la parte superior de la troposfera y se extiendan lejos de su lugar de origen. Sí que puede afectar, sin embargo, a zonas próximas y por supuesto a buena parte de la Isla de La Palma, como ya está sucediendo.
No debemos olvidar que la erupción sólo lleva 4 días y que un evento como este puede durar semanas o meses y presentar fases eruptivas diversas y bastante diferenciadas, en las que las emisiones de unos y otros gases, y aerosoles, pueden variar mucho. Habrá que seguir con detalle la información que llegue de La Palma, y las advertencias y datos oficiales que se vayan actualizando a lo largo de los próximos días.