Un asteroide del tamaño de un coche entró en la atmósfera el domingo y esparció fragmentos de meteorito sobre Sudáfrica
Lo que a priori parecían ser desechos espaciales, terminó siendo un asteroide rocoso que fue avistado y reportado desde distintos puntos de la provincia de Cabo Oriental de Sudáfrica.
Científicos de la Universidad de Wits y de la Universidad Nelson Mandela han estado siguiendo de cerca en los últimos días un evento de lo que a priori parecía ser el ingreso de desechos espaciales a la atmosfera terrestre el último domingo, que se hizo concretamente visible y audible en cercanías de la provincia Cabo Oriental en Sudáfrica y se divulgó a través de distintos medios de comunicación.
Testigos presenciales vieron en la mañana, y algunos grabaron en vídeo, un rayo de luz brillante en el cielo sobre la bahía de San Francisco. Lo que algunos especularon que podría ser basura espacial procedente de un satélite, parece haber entrado en la atmósfera con una trayectoria relativamente baja, desintegrándose al quemarse.
El capitán de un barco de avistamiento de ballenas declaró haber visto objetos que se estrellaban en el océano frente al cabo de San Francisco. Además, varias personas en Facebook compartieron sus experiencias al presenciar el bólido en otras áreas, diciendo que escucharon un fuerte estallido y sus casas temblaron después de que explotara al impactar contra la atmósfera de la Tierra.
Finalmente era un asteroide rocoso del tamaño de un automóvil
Tras la reciente evaluación científica, el profesor Roger Gibson de la Escuela de Geociencias de Wits declaró que “el incidente se corresponde con un asteroide rocoso del tamaño de un coche que entró en la atmósfera terrestre a gran velocidad. La fricción con la atmósfera creó una espectacular bola de fuego y provocó que se fragmentara en vuelo”.
Y añadió: “Tenemos informes de que alguien ha encontrado varios fragmentos de meteorito cerca de Kirkwood, en Cabo Oriental, a más de 100 km de Cape St Francis. Esto puede indicar una zona de caída excepcional”.
La Universidad de Wits es uno de los pocos depósitos de meteoritos acreditados internacionalmente en Sudáfrica. Gibson y sus colegas vigilan de cerca los hallazgos y caídas de meteoritos en el país. La última caída de un meteorito en Sudáfrica se produjo en Lichtenburg en 1973.
Sólo se han documentado 51 meteoritos en Sudáfrica, y sólo se han registrado 22 caídas de meteoritos. Al igual que los fósiles, los meteoritos son patrimonio nacional y su venta y comercio están regulados por la Ley de Recursos Patrimoniales de Sudáfrica.
Invitan a colaborar con reportes y contribuir con la ciencia ciudadana
“Los meteoritos son raros y tienen un profundo valor científico, ya que nos permiten vislumbrar la composición y el nacimiento de nuestro sistema solar, por lo que es extremadamente importante para nosotros rastrear, localizar y encontrar posibles meteoritos que puedan haber caído en nuestro país”, afirma Gibson. “La forma en que interactúan con la atmósfera terrestre también es importante, ya que suponen una amenaza potencial”, agregó.
Gibson y sus colegas de Wits están muy interesados en saber más sobre la caída del meteorito del domingo, e invitan a cualquiera que haya visto, oído o encontrado algo que pueda sospechar que está relacionado con el suceso meteorítico a que se ponga en contacto con ellos.
“Algunas personas oyeron el estruendo tan lejos como la bahía de Plettenberg, a más de 200 km de Gqberha; otras sintieron temblores de tierra causados por el estampido sónico, o vieron realmente el meteorito. Estaríamos muy interesados en recibir información de cualquier testigo de este acontecimiento”, afirma Gibson.
“Es una oportunidad perfecta para que la gente participe en la ciencia ciudadana. Queremos saber lo que la gente vio u oyó para poder reconstruir la trayectoria del meteoro, y también si alguien cree haber encontrado algún fragmento de meteorito. Nos gustaría que la gente grabara sus percepciones y se pusiera en contacto con nosotros para contarnos sus historias”, finalizó.