Astenia, la sangre altera o alergias. En primavera... los mitos llegan
Ay, la primavera, maravillosa estación en la que da igual la ropa que elijas, te vas a equivocar siempre. Estación de contrastes, de la que esperamos mucho… y cumple poco. ¿Qué hay de cierto en los refranes o creencias alrededor de ella? Destapemos los mitos de la primavera.
La primavera es la niña bonita de las estaciones, sin duda. Incluso por ella, robaron 11 días a la historia pasando del 4 al 15 de octubre en 1582. El Papa Gregorio XIII quiso ajustar el calendario al equinoccio de primavera (del latín eaquinoctium , que significa “día es igual a noche”). Bendita primavera. O no.
Si vamos a analizar mitos y creencias de esta estación, se hace imprescindible empezar por el mito que al menos reconoce que lo es.
Menos en Canarias, ahí debe ser donde vive Deméter todo el año, es diosa y lista.
A partir de aquí… llegan los contrastes. ¿Cómo podemos decir “la primavera, la sangre altera” y lamentarnos por la astenia primaveral? Esta época no se aclara, como con el tiempo, lo mismo hace bueno un día que al siguiente vas corriendo bajo un nubarrón a recuperar la chaqueta que dejaste en el coche.
¿Qué hay de cierto en que “la sangre altera”?
El aumento de luz solar hace que produzcamos menos melatonina. Esta hormona regula los ciclos de sueño y vigilia. La disminución de melatonina también hace que aumenten otras hormonas como la dopamina, serotonina, oxitocina o noradrenalina que influyen directamente en nuestro estado de ánimo. Así que no es la sangre la que se altera sino nosotros… y no siempre para bien.
Cansancio, irritabilidad, caída del pelo… este propio desbarajuste hormonal provoca estas sensaciones, pero no es una enfermedad, así que no necesitamos tratamientos ni suplementos ni nada. Un poquito de pasear, un poquito de descansar y un poquito de esperar a que todo se ajuste es lo único que necesitamos. Qué fácil es decirlo.
Llegan las alergias
Por si fuera poco para el alegato contra la primavera, llegan las alergias al polen. Aunque eso sí es una idea errónea que tenemos de esta época. Probablemente, hemos oído “alergia primaveral” porque las gramíneas y el olivo están en su esplendor.
Resulta que en otras estaciones también hay alergias, aunque las veamos menos como en verano y otoño con la artemisa y las ortigas; el invierno con el ciprés… Para las alergias nunca es buen momento así que es imprescindible darles la importancia que tienen, demostrarlas correctamente y que el médico prescriba el tratamiento correspondiente.
La primavera juega con nosotros, pero nosotros no deberíamos jugar con ella, nos gana por experiencia. Tranquilos, que pronto llega el verano, ella misma lo dice en el origen de su nombre: Ver Primum o “entrada al verano”.