Así puede afectar la calima a los futbolistas durante la final de la Copa del Rey de Sevilla
Los jugadores de Athletic y Mallorca realizarán esta noche un sobresfuerzo físico en condiciones atmosféricas muy desfavorables. El material particulado superará los valores considerados aceptables por la OMS y la mala calidad del aire será peligrosa para la salud.
La final de la Copa del Rey, que se celebrará esta noche en el Estadio de La Cartuja de Sevilla y enfrentará al Athletic Club de la ciudad de Bilbao y al RCD Mallorca, tendrá un protagonista inesperado.
La presencia de la profundísima borrasca Kathleen al oeste de las islas británicas propiciará la entrada gran cantidad de calima por el sur peninsular y hará que, durante todo el día, en la ciudad hispalense el aire contenga polvo en suspensión.
Altas concentraciones de PM10 en Sevilla
En las horas previas al encuentro, se prevé que se registre una concentración de hasta 300 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico de aire (hasta 60 μg/m³ en el caso de las PM2,5).
Una mala noticia relativa a la calidad del aire, en la medida que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sólo estima aceptables medias diarias de hasta 45 μg/m³ de PM10 y de 25 μg/m³ de PM2,5, el contaminante más peligroso para el ser humano.
La situación en Sevilla será especialmente mala entre las 16 y las 00 horas. Según el Índice de Calidad del Aire de Meteored, lo peor se espera para las 19 horas, cuando se alcanzarán concentraciones de micropartículas PM10 consideradas muy dañinas para la salud (ICA 201 a 300).
Las variaciones de todas estas predicciones pueden consultarse en tiempo real a través del visor de calidad del aire que ofrece nuestra web.
Por cierto, no se espera que la lluvia haga acto de presencia durante la final, pero no se descartan precipitaciones en las primeras horas de la madrugada del domingo en forma de lluvia de barro. La temperatura durante el partido estará en torno a los 19 ºC y el viento soplará a unos 7 - 12 km/h procedente del oeste.
¿Por qué son peligrosas las PM 10 y las PM 2.5?
Los efectos de la inhalación de partículas sobre nuestra salud están principalmente asociados a enfermedades de tipo respiratorio, como bronquitis, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o asma. Recientes trabajos científicos también las relacionan con dolencias cardiovasculares.
En el caso de las PM2.5, su pequeño tamaño (son 100 veces más delgadas que un cabello humano) hace que penetren fácilmente en el aparato respiratorio, se depositen en los alvéolos pulmonares e, incluso, puedan introducirse en el torrente sanguíneo.
Cuando esto sucede, están en especial peligro niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con patologías preexistentes.
¿Corren riesgo los jugadores de la final?
Cuando la calidad del aire es mala o muy mala, como sucede hoy en Sevilla, existe riesgo para la salud. De hecho, para la población general se recomienda reducir actividades intensas o prolongadas al aire libre, especialmente para quienes se encuentran dentro de los grupos vulnerables.
En el caso de los deportistas de élite, como los futbolistas profesionales, las condiciones meteorológicas a las que se enfrentan los jugadores del Athletic y el Mallorca no son, desde luego, las mejores para el importante esfuerzo físico que deberán acometer.
Un estudio realizado en la liga alemana de fútbol profesional, demostró que, a partir de una concentración de 20 μg/m³, cada aumento del 1% de partículas PM10 lleva asociada una disminución del 0,02% en el rendimiento de los jugadores. Su productividad se ve afectada significativamente cuando la concentración de partículas excede los umbrales establecidos por la OMS.
Así puede afectar la calima a los jugadores
Por eso, aunque cuentan con una espléndida forma física, las micropartículas en suspensión tienen un claro efecto negativo en el desempeño de los futbolistas y su inhalación podrá afectarles del siguiente modo.
- Disminución del rendimiento físico. O lo que es lo mismo, de la capacidad de resistencia, velocidad y recuperación. Durante el juego, un futbolista aspira hasta 20 veces más que una persona en reposo, lo que aumenta la velocidad del flujo de aire (que será de mala calidad) que entra en los pulmones y que transporta los contaminantes a mayor profundidad dentro del sistema respiratorio.
- Irritación ocular y de las vías respiratorias. Lo que, además de provocar tos y una mayor dificultad para respirar, también afecta a la capacidad de concentración. Esto podría verse reflejado en una disminución y en una menor precisión de los pases en el terreno de juego.
- Deshidratación. El cuerpo de los jugadores intentará expulsar las partículas PM10 y PM2,5 a través del sudor y la mucosa. Por ello, se producirá una alteración en su temperatura corporal y, paralelamente, aumentará el gasto de agua corporal. Los preparadores físicos de los jugadores deberán estar atentos para aumentar el aporte hídrico y evitar la deshidratación.