Así era la laguna de Antela, uno de los mayores humedales europeos y desecada hace 60 años por la dictadura franquista
Esta obra no solo constituyó un gran fracaso hidráulico. Sobre todo, fue un desastre ecológico que provocó el mayor episodio de extinción de especies conocido en Galicia y origen de un grave proceso de despoblación que afectó a la región.
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La desecación de la Lagoa de Antela, situada en la provincia de Ourense, Galicia, está considerada uno de los actos de terrorismo medioambiental más brutales en la historia de España.
El humedal, que fue de los más extensos de la Península Ibérica y de toda Europa en su momento, fue borrado de la faz de la Tierra en la década de 1950 como parte de un ambicioso plan agrario desarrollado durante la dictadura de Francisco Franco.
Muy lejos de lograr la mejora económica y social que sirvió para justificar la decisión, esta acción tuvo consecuencias devastadoras para el ecosistema, la biodiversidad y también la economía local. Esta es la historia de una obra fallida.
La aniquilación de todo un ecosistema
Situada en la comarca da Limia y bañando los municipios de Xinzo, Sandiás, Vilar de Barrio y Xunqueira de Ambía, la Lagoa de Antela cubría aproximadamente 3.600 hectáreas, más de la superficie de las ciudades de Ceuta y Melilla juntas.
Su profundidad media era de 0,6 metros, aunque en algunas zonas alcanzaba los 3 metros. Todavía se puede intuir si analizamos imágenes aéreas de la zona.
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La laguna funcionaba como un regulador natural del clima y del régimen hídrico de la región. Además, sus aguas albergaban una gran variedad de especies animales y vegetales exclusivas de humedales, y era refugio de aves migratorias.
Interés económico por encima del ambiental
La creencia de que bajo esta masa de agua existían tierras muy fértiles y con la intención de ampliar la superficie agraria, en 1956, el Instituto Nacional de Colonización encargó al ingeniero un proyecto para desecarla.
Sabías que a Lagoa de Antela foi un dos humedais de maior extensión da Península Ibérica. Tristemente desecada nos anos 50, estaba situada na comarca da #Limia, no centro da provincia de #Ourense. Con 7 km de longo e 6 km de ancho, tiña 0,60 m de profundidade media. #BoaNoite pic.twitter.com/slhLQomo3X
— Sabías Galicia (@SabiasGalicia) June 4, 2023
Poco después se inició un proceso de drenaje que concluyó una década después, por el que se construyeron canales para desviar el agua y permitir el cultivo de cereales y forrajes.
El resultado no solo transformó radicalmente el paisaje: La desaparición del humedal significó la pérdida de un verdadero santuario ecológico y produjo un severo impacto en gran parte de la población local.
Un gran daño inútil e irreversible
Las consecuencias ecológicas de la desecación fueron desastrosas. La desecación de la Lagoa de Antela está considerada el mayor episodio de extinción de especies conocido en la historia de Galicia.
Además, la capacidad de la zona para retener agua disminuyó, lo que provocó una peor regulación de las crecidas del río Limia, uno de los más importantes del sur de Galicia y que estaba conectado con laguna.
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Por si fuera poco, la calidad del suelo desecado se deterioró rápidamente. Así que, aunque las pretensiones eran las de aumentar la productividad agrícola, el resultado final fue una tierra poco apta para el cultivo.
Con los años, la salinidad de los suelos aumentó, los niveles de humedad se volvieron irregulares y la fertilidad se redujo. Por eso, esta obra se considera uno de los mayores fracasos hidráulicos de la historia española.
Un impacto socioeconómico inesperado
Desde el punto de vista socioeconómico, en lugar de llevar aparejada prosperidad, la transformación de la Lagoa de Antela provocó una crisis económica en la región.
Espectaculares imaxes recollidas por unha veciña da Limia da Lagoa de Antela. (En azul sería ó cauce do río Limia) @OndaCeroGalicia pic.twitter.com/TYaiGcJQJm
— Paco Sarria (@pgsarria) December 21, 2019
Los nuevos terrenos de cultivo resultaron poco rentables -prácticamente solo podían cultivarse patatas, resistentes a suelos arenosos- y, finalmente, muchos agricultores terminaron abandonaron la zona al no poder competir con otros territorios más fértiles.
Y tanto la tradición pesquera como la recolección de juncos y otras plantas acuáticas, que eran el medio de subsistencia de muchas familias de la zona, desaparecieron.
Así que, con el paso del tiempo, la población local envejecida y la falta de oportunidades económicas llevaron a un fuerte despoblamiento de la zona.
Es cierto que, durante la década de los 70, varias empresas especializadas en la extracción de arena para la construcción crearon empleo. Hoy, abandonadas y convertidas en charcas, esbozan la riqueza biológica que supuso en su día la laguna.
¿Es posible una restauración ambiental?
En los últimos años, la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia y diversas asociaciones ecologistas trabajan para recuperar la laguna y su biodiversidad.
En 1956, la dictadura franquista decidió drenar uno de los mayores humedales de Europa, en la provincia de Ourense.
Iván Fernández Amil (@ivanfamil) February 23, 2025
Así comenzó uno de los mayores actos de terrorismo medioambiental de la historia de España: la desecación de la Lagoa de Antela.
Tira del hilo pic.twitter.com/xGQMK6ATsj
Devolverle completamente su extensión original será complicado, pero ya hay en marcha iniciativas para rehabilitar ciertas áreas, lo que también podría fomentar un turismo sostenible.
Un gran desafío para enmendar un daño inconmensurable que nos recuerda que el desarrollo económico a corto plazo no puede justificar la destrucción del medio ambiente, que es patrimonio de todos.