Árboles de Navidad, ¿cuál es la opción más sostenible?
El árbol de Navidad no puede faltar en los hogares en estas fechas tan señaladas. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha generado un importante debate porque no todos resultan sostenibles.
El árbol de Navidad es uno de los elementos decorativos más icónicos en estas fechas. Podemos encontrar de muchos tipos: grandes, pequeños, naturales, artificiales... Sin embargo, no todos resultan igual de sostenibles.
El propio árbol de Navidad es algo más propio de culturas más escandinavas, con otras cotumbres y también con un clima muy diferente al nuestro. Se trata de una costumbre importada y que es relativamente recientemente, algo similar a lo que sucede con Halloween.
Mejor evitar los árboles de plástico de un solo uso
Aunque a priori un árbol del plástico debería durar más años y a pesar de que se puede reutilizar, su reciclaje resulta bastante costoso, y no hay que olvidar que para su producción se han generado elevados gastos de energía y la generación de residuos, cuando existe la alternativa del árbol natural.
Abetos cultivados en viveros, una opción a tener en cuenta
Si buscas un árbol natural, los abetos navideños certificados que se venden en centros de jardinería y mercados de Adviento son un producto forestal de cultivo controlado es una alternativa a considerar. Estos árboles no se extraen del bosque, sino de viveros, por lo que su uso no contribuye a la deforestación.
Mientras los abetos están en el monte, actúan como sumideros de CO₂ y albergan una rica biodiversidad. Además, cada hectárea de plantación produce diariamente el oxígeno que consumen hasta 40 personas. Además, contribuye al empleo rural y puede ayudar a mitigar el abandono del campo. También pueden convertirse en abono ecológico, en cobertura vegetal o incluso en 'pellets' de biomasa para calefacción.
Actualmente es una importante fuente de ingresos en amplias áreas rurales de Cataluña, Navarra y País Vasco, donde en los días previos a las fiestas se comercializan alrededor de tres millones de árboles. Además, pueden convertirse en abono ecológico, en cobertura vegetal o incluso en 'pellets' de biomasa para calefacción.
Todo esto se traduce también en algunos problemas. El 90% de los árboles navideños no sobreviven a estas fechas. Su replantación incontrolada puede generar problemas en el ecosistema al tratarse de una especie alóctona; que puede desplazar a la vegetación autóctona, y por eso, en algunas comunidades está prohibido replantarlos.
Lo mejor, reutilizar lo que ya se tiene
Si en casa tienes un árbol de plástico de otro año, lo mejor es reutilizarlo; y si lo que tienes es un abeto u otro tipo árbol, o una planta de interior que puedas decorar con adornos navideños, aprovéchalos. Eso sí, no hay que olvidar que tanto un abeto como una especie mediterránea sufrirán bastante dentro de casa si la calefacción está fuerte, a lo que hay que sumar que los árboles necesitan bastante especio, y no estar constreñidos en una maceta.
Una alternativa pueden ser los cactus o las suculentas, que crean unas formas muy rígidas que resultan perfectas para sujetar algunos adornos navideños e incluso unas guirnaldas pequeñas. Y en ambos casos viven perfectamente dentro de casa; por lo que sobrevivirán mucho más allá de la Navidad.