El Amazonas podría haber surgido en la aniquilación de los dinosaurios
El mismo asteroide que causó la extinción masiva de los dinosaurios hace 66 millones de años podría haber cambiado las comunidades de plantas de América del Sur, para producir la selva tropical más grande del planeta.
Un estudio panameño sugiere que la caída del asteroide que posiblemente originó la extinción de los dinosaurios fue la que dio origen a las selvas tropicales que hoy tenemos en la Tierra. Esta conclusión se obtuvo después de que los investigadores analizaran polen y hojas fosilizadas de la selva colombiana, para entender cómo ese evento cambió los bosques tropicales de América del Sur.
Tras doce años estudiando cerca de 50.000 registros de polen fósil y más de 6.000 fósiles de hojas, de antes y después del impacto, los científicos concluyeron que mientras habitaban los dinosaurios no abundaban las flores, sino que las coníferas y los helechos eran lo que predominaba. Incluso había bosques, pero muy diferentes a los actuales. Los árboles estaban muy separados entre sí, con muchos espacios abiertos.
Después del evento, la diversidad de plantas se redujo en aproximadamente un 45% y la extinción vegetal se generalizó, particularmente entre las plantas con semillas. Además, a partir del análisis de las hojas también hallaron que gran cantidad de insectos había desaparecido. Pero luego, las angiospermas, o plantas con flores, comenzaron a surgir adueñándose rápidamente del terreno y creando, durante millones de años, las selvas que conocemos.
"Nos encanta la forma en que terminó, este bosque increíblemente diverso, estructuralmente complejo. Pero en este momento estamos viviendo una extinción masiva causada por los humanos y, nuevamente, ecosistemas enteros están tomando un camino diferente", dice Bonnie Jacobs en la Universidad Metodista del Sur en Texas. “En el caso de la selva tropical, es posible que nos guste el producto final, pero no todos los animales del Cretácico siguen vivos”, dice.
Las causas de la explosión vegetal
Carlos Jaramillo, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, y sus colegas sugieren que hay varias razones por las que el asteroide pudo haber causado este gran cambio. Por un lado, el impacto probablemente mató a la mayoría de los grandes dinosaurios herbívoros que impedían una vegetación densa, ya que pisoteaban y comían los niveles más bajos de los bosques.
Otra razón es que la ceniza que cayó tras el impacto pudo haber fertilizado el suelo, aportando nutrientes que favorecieron a las angiospermas de rápido crecimiento sobre otras plantas. La tercera explicación es que la extinción particular de las especies de coníferas creó una oportunidad única para que las plantas con flores tomaran su lugar. Todas estas ideas, dice el equipo, no son mutuamente excluyentes y todas podrían haber contribuido simultáneamente al resultado que vemos hoy.
Comprender cómo este gran evento dio forma a las selvas tropicales puede ayudarnos a poner en perspectiva cómo podría comportarse la biodiversidad ante la amenaza de la deforestación y cuánto tiempo podrían tardar en recuperarse esa vegetación, dice Jaramillo.
Los científicos ya sabían que los efectos de la colisión del meteorito, al menos en las zonas templadas, variaban según las condiciones locales y la distancia del cráter de impacto en la península de Yucatán, en México. Los bosques de Nueva Zelanda, por ejemplo, escaparon relativamente ilesos. Pero los investigadores no tenían idea de cómo el evento había cambiado las selvas tropicales de América del Sur.