Calor y largas travesías en bicicleta, ¿qué alimentos debes llevar?
Lo tiene todo: haces ejercicio, es ecológico, nos trae recuerdos de la infancia… No le puedes pedir más la bicicleta. En su día mundial, analizamos qué deberíamos llevar (y qué no) para evitar una intoxicación alimentaria en estos días de calor.
El Día Mundial de la Bicicleta se celebra el 3 de junio desde que la ONU lo proclamó en el 2018 con la idea de darle el protagonismo que se merece uno de los medios de transporte más ecológicos que, además, nos ayuda a mantenernos en forma.
¿Cuándo se inventó la bicicleta?
La “bici” llegó a mediados del siglo XIX después de muchos intentos para crear un medio de transporte innovador, y vaya si lo consiguieron. El primer modelo apareció en manos alemanas, pero al estar fabricado de madera y tener que empujarse con los pies… digamos que no tuvo demasiado éxito. Así que fue Ernest Michaux quien en 1861 tuvo la brillante idea de ponerle pedales delanteros, a partir de ahí, la creatividad y las mejoras fueron imparables.
Si en aquellos momentos supuso una revolución, hoy en día es casi una necesidad, siempre y cuando las vías en las ciudades acompañen.
No hace falta recordar que, para ir más seguro en bicicleta, además de la responsabilidad de otros conductores, de nosotros mismos y las vías de circulación, necesitamos el casco.
Pero si queremos pasar el día fuera de casa montados en la bici, también debemos ir a lo seguro con los alimentos que nos llevemos. Rematar el día sobre el retrete en vez de sobre la bici dependerá de las buenas elecciones que tomemos al preparar la comida.
¿Qué alimentos deberíamos llevar (y evitar) cuando vamos en bicicleta?
Hazte con una mochila ligera, mejor aún si puede ser isotérmica. No hace milagros así que intenta no llevar alimentos que necesiten mucho frío durante mucho tiempo.
Evitaremos llevar productos que contengan huevo crudo, mejor nos olvidamos de tortillas poco hechas o mayonesas caseras. En caso de necesitarla, podemos llevar sobrecitos, pero el residuo que genera es algo que deberíamos evitar.
Cuidado con salsas o cremas, primero porque, si van en fiambrera, pueden salirse y estropear el resto; y segundo porque con el calor pueden variar la textura y separarse en fases. Tenemos la opción de gazpacho o salmorejo en brik o humus (no olvides reciclar, por favor).
Si vamos a llevar embutido, mejor que sea curado. El jamón cocido no se lleva muy bien con las altas temperaturas. Una buena opción es llevar queso curado, además de aportar energía y grasas no necesita frío. Por supuesto, los alimentos poco cocinados se quedarán en casa, no en nuestra bolsa.
Los frutos secos deben estar siempre en la mochila de un ciclista, pesan poco, dan energía rápida, sacian… si normalmente son fantásticos, ahora más.
La fruta siempre es un gran recurso, pero no la lleves ya cortada. En un alimento con gran actividad de agua, dulce… y si lo cortamos, estamos aumentando la superficie de contacto para el ataque de bacterias. Así que fruta, vale, pero entera.
Todo lo que llevemos debe ir bien envasado para evitar contaminaciones cruzadas entre alimentos.
Ahora sí, ya sólo queda disfrutar del viaje y de la naturaleza.
Eso sí, cuando te vayas, que parezca que no haya estado allí .
El recuerdo de donde ha estado debe permanecer en ti, no en el bosque.