Alerta bulo: ¿nos está engañando la Agencia Espacial Europea con datos de temperatura del suelo en vez del aire?
Estos días se han difundido varias imágenes e informaciones que afirman que los satélites de la ESA han registrado temperaturas de más de 60 ºC en España. Aquí desvelamos el misterio.
En estos últimos días están circulando diversas informaciones que afirman que en el mes de julio se han llegado a superar los 60 ºC en puntos de Extremadura, mediciones que se que se basan en datos del radiómetro de la misión Sentinel-3 de Copernicus. Varios medios han llegado a aventurar que se trata del nuevo récord de calor en España y en Europa, y esto no es así exactamente.
En el mapa de colores que refleja Sentinel 3, de Copernicus, que se ha vuelto viral, como otros similares, se puede ver la Península Ibérica teñida de tonos anaranjados y rojizos durante el pasado 11 de julio, coincidiendo con un importante pico de calor muy intenso. Se aprecia que los tonos más oscuros se concentran en Extremadura, donde se estimaron valores en torno a los 60 ºC en el suelo, no quedándose muy lejos de Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid o las provincias de Sevilla y Córdoba.
Rápidamente, diversos perfiles o páginas de corte negacionista salieron en rápidamente denunciar la manipulación de los datos de estos satélites de observación terrestre desarrollados por la Agencia Espacial Europea, que fue acusada de mentir, provocar miedo y falsear los datos de temperatura. A pesar del ruido, la ciencia, como siempre, nos trae la explicación.
No es lo mismo la temperatura del aire que la del suelo
Aunque en las noticias que han salido recientemente alertan de las temperaturas extremas que han detectado los satélites, conviene resaltar que no es lo mismo la temperatura del aire (que son las oficiales, cumpliendo además una serie de requisitos) que la del suelo. Los valores junto al suelo en días de intenso calor suelen ser de 10 a 15 ºC más altos que los medidos a unos 2 metros de la superficie.
Las mediciones de temperatura se llevan a cabo de acuerdo con estándares acordados internacionalmente, utilizando instrumentos y métodos aprobados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de la que también forma parte España. Mucha gente lo desconoce, pero la temperatura se mide a la sombra con libre circulación de aire, concretamente en garitas meteorológicas, y estos datos son los que ofrecen los servicios meteorológicos.
En cambio, la temperatura de la superficie del suelo mide el nivel de calor que tendría el propio terreno al tacto. Estas mediciones son especialmente importantes tanto en el ámbito de la agricultura, a la hora de valorar la cantidad de riego que necesitan los cultivos, como en la planificación urbana, por ejemplo, para mejorar las estrategias de mitigación del calor intenso.
En pleno verano no es extraño que el suelo alcance valores de más de 50 ºC en el sur de Europa y en España, entrando en juego factores como el tipo de suelo, la sequedad del terreno o si estamos ante un episodio de temperaturas muy altas o de una ola de calor. Y esto último es lo que se ha difundido por muchos medios de comunicación, cuando se tendría que haber utilizado la temperatura del aire. Algunas personas han aprovechado la medición de la temperatura del suelo para propagar información falsa.
Eso sí, ello no quita que en los últimos días se han registrado temperaturas extremas en algunas zonas de la cuenca mediterránea, destacando los 48,2 ºC medidos en una estación meteorológica de Jerzu (Cerdeña), un registro que tendrá que ser validado por la OMM, aunque ya han informado de que se trata de un valor consistente con observatorios cercanos. Por tanto, siempre tenemos que recurrir a los organismos meteorológicos oficiales.
También al otro lado del charco
Estas confusiones no sólo suceden en España y Europa. Estos días numerosos medios de comunicación de EE. UU. y de México se hacían eco de una temperatura de más de 80 ºC en el desierto de Sonora. De nuevo, se tratan de estimaciones realizadas por dos satélites de la NASA que evalúan a diario los niveles de ozono en la atmósfera.
En zonas con pocas nubes, esta tecnología detecta el calor infrarrojo emitido por las superficies para determinar la temperatura del suelo. También en alguna ocasión se ha hablado de valores similares en Irán, pero en ningún caso estos datos proceden de mediciones de la temperatura del aire según los requisitos de la OMM. Eso sí, en estas zonas sí que se han medido en estaciones meteorológicas hasta 50 ºC o algo más en situaciones de calor extremo, que tampoco está nada mal.