Alarma en el sector de los cítricos ante el calor extremo y sequías más severas por el cambio climático
En la era del cambio climático, los cítricos no escapan de la crisis a la que se someten muchos cultivos. El calor extremo y la sequía amenazan las cosechas, desafiando la supervivencia de estas frutas imprescindibles en nuestra dieta.
Nuestro sector rural siempre ha englobado en su amplísimo espectro campos que una vez fueron un estallido de colores cítricos y fragancias frescas, sin embargo, la sombra del cambio climático se cierne sobre los tradicionales cultivos de naranjas, limones y, aunque en menor medida, también pomelos.
A medida que las temperaturas globales alcanzan máximos históricos y la sequía se convierte en un acompañante constante, los productores de cítricos enfrentan desafíos sin precedentes que amenazan con reducir drásticamente las cosechas.
Los impactos directos del cambio climático en el sector citrícola
Uno de los impactos más evidentes del cambio climático en la producción de cítricos es la alteración de los patrones climáticos tradicionales. Las temperaturas extremas sufridas en la última década afectan negativamente al desarrollo de los frutos, poniendo en un aprieto la calidad y sobre todo la cantidad de las campañas.
El incremento en la frecuencia e intensidad de eventos atmosféricos extremos, como son las olas de calor y las tormentas, también contribuye al declive de los cultivos de cítricos. Las altas temperaturas durante los períodos críticos de floración y cuajado del fruto pueden resultar en una menor polinización y, en última instancia, en una menor producción de frutos. Además, las tormentas intensas pueden dañar los árboles y las frutas, dejando a los agricultores con pérdidas significativas.
Centrándonos en la actualidad, la cosecha de cítricos de la campaña 2022-2023 en España, con casi 6 millones de toneladas, se situará significativamente por debajo de la pasada campaña y del promedio de las últimas cinco. Se producirán casi 1,1 millón de toneladas menos que en la campaña pasada y - 852 000 que la media.
El cultivo de los cítricos, indefenso ante un clima más extremo
La vulnerabilidad de los cítricos al cambio climático se ve agravada por el aumento de las plagas y enfermedades. Unas condiciones climáticas más cálidas y secas crean un ambiente propicio para la proliferación de insectos y diferentes patógenos que afectan a los árboles.
Esto significa que los productores deben enfrentarse no solo a los desafíos climáticos directos, sino también a la amenaza constante de infestaciones que pueden mermar aún más las cosechas.
Estrategias de lucha contra el declive citrícola
Frente a esta realidad alarmante, los agricultores de cítricos están adoptando estrategias de adaptación para mitigar los impactos del cambio climático. La introducción de técnicas de irrigación más eficientes y resistentes a la sequía se ha vuelto crucial. Asimismo, la búsqueda y desarrollo de variedades de cítricos más resistentes al calor y menos propensas a enfermedades se ha convertido en una prioridad para garantizar la supervivencia a largo plazo de la industria.
Además de las medidas a nivel de explotación agrícola, la conciencia y la acción a nivel global son fundamentales. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles son pasos esenciales para abordar la raíz del problema.
El cambio climático representa una amenaza inminente para la producción de cítricos en todo el mundo. La reducción de las cosechas como consecuencia del aumento de temperatura, la sequía y la proliferación de plagas es una llamada de atención para actuar con urgencia.
Solo mediante la adopción de medidas efectivas a nivel local e internacional podremos preservar la vitalidad y abundancia de esta fruta de temporada que ha sido parte esencial de nuestra dieta y cultura.