6 de las islas más pequeñas y desconocidas de España

Que España es un destino turístico elegido por miles de personas es un hecho, como también lo es que miles de turistas y locales eligen algunas de nuestras islas para disfrutar de sus vacaciones. Como es de suponer, uno de los destinos más deseados son las Islas Baleares que, por ejemplo, el año pasado recibieron nada menos que a 14,4 millones de turistas venidos del extranjero.

Seis joyas ocultas en nuestro territorio español

Más allá de nuestros archipiélagos más conocidos, nuestro país esconde otras islas, menos conocidas y también menos pobladas, pero igual de impresionantes. La lista es extensa, pero hoy profundizaremos en seis de ellas.

Isla de Tabarca, un oasis en el Mediterráneo

Empezamos nuestro repaso en la Comunidad Valenciana, concretamente en la costa de Alicante. Allí se encuentra Tabarca, la isla habitada más pequeña de España. Con apenas 1.800 metros de longitud y 400 de anchura, este pequeño enclave es conocido por sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad marina, protegida por ser la primera reserva marina de España.

Este pintoresco pueblo de calles estrechas y casas encaladas destaca por su recinto amurallado, declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, y fue construido en el siglo XVIII por orden del rey Carlos III para protegerla de los ataques de piratas musulmanes. Por cierto, esta isla es sólo accesible en barco desde Alicante, Santa Pola y Benidorm.

La Graciosa, el refugio escondido de Canarias

Situada al noroeste de Lanzarote, La Graciosa es la octava isla habitada de Canarias y la más pequeña del archipiélago. Con una superficie de 29 kilómetros cuadrados y una población de unos 700 habitantes, esta isla ofrece un paisaje volcánico espectacular y playas vírgenes de arena blanca.

Sin carreteras asfaltadas, La Graciosa es perfecta para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad pues permite disfrutar de actividades como el senderismo, el buceo y la pesca en un entorno muy bien conservado.

La isla más desconocida del archipiélago balear

Al suroeste de Mallorca se encuentra Dragonera, una isla deshabitada que forma parte del Parque Natural de Sa Dragonera. Con una longitud de 4 kilómetros y una anchura máxima de 900 metros, esta isla destaca por su biodiversidad, con numerosas especies de aves marinas y reptiles, incluyendo la lagartija endémica de Dragonera.

Con el paso de los siglos, esta desconocida isla se transformó en una ubicación estratégica para proteger el archipiélago de los repetidos ataques de piratas. En la actualidad, para llegar a ella se tiene que ir en barco desde Sant Elm, Paguera y Santa Ponça.

Historia y naturaleza en la bahía de Cádiz

Otra gran desconocida es la Isla del Trocadero, situada en la bahía de Cádiz. Con una extensión de apenas 1,5 kilómetros cuadrados, esta isla fue escenario de la Batalla del Trocadero en 1823. Hoy en día, forma parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y es un área de marismas y salinas que alberga una rica fauna, especialmente aves acuáticas.

Un tesoro escondido en el Delta del Ebro

La Isla de Buda, en el Delta del Ebro, es una de las islas más desconocidas y menos accesibles de España. Tiene una superficie de 1.000 hectáreas y es refugio para numerosas especies de aves, además de poseer un ecosistema único de lagunas, dunas y playas.

Propiedad privada y con acceso restringido, la Isla de Buda se puede visitar con permisos especiales y en visitas guiadas, que permiten conocer de cerca su riqueza natural y su importancia ecológica dentro del Parque Natural del Delta del Ebro.

La isla de Santa Clara, el pulmón verde de Donosti

Finalizamos este repaso en el norte de España, concretamente en la bahía de La Concha, en San Sebastián. Allí se encuentra la Isla de Santa Clara, un pequeño islote de tan solo 5,6 hectáreas.

Este pulmón verde ofrece un respiro en medio de la ciudad, con su pequeña playa que aparece sólo durante la marea baja, y un faro que proporciona vistas panorámicas impresionantes. La isla es accesible en barco durante el verano, y en marea baja se puede llegar nadando o incluso caminando.