5 recetas tradicionales para Navidad: los platos clásicos nunca fallan
Desde las costas gallegas hasta el interior castellano, todas las recetas españolas reflejan la diversidad y la riqueza de una gastronomía única. Hoy repasamos los platos imprescindibles en cualquier celebración navideña española.
La Navidad en España es mucho más que luces y regalos. Es el momento de reunir a la familia en torno a la mesa, donde los sabores de toda la vida cobran protagonismo, y donde cada plato cuenta una historia, un pedazo de cultura que se transmite de generación en generación.
El cochinillo asado, un manjar de Castilla y León
Empezamos por el plato estrella, el cochinillo asado, uno de los grandes protagonistas de la Navidad, especialmente en Castilla y León. Su preparación, que data de siglos atrás, se centra en el respeto por la sencillez y la calidad del producto.
Este manjar se hornea lentamente en hornos de leña tradicionales, lo que provoca esa piel crujiente y esa carne tierna tan espectaculares. Segovia y Ávila son las ciudades donde este plato brilla con más fuerza, aunque su popularidad se extiende por toda España durante las fechas navideñas.
Cordero al horno: sabor de tradición familiar
Otro de los platos más cocinados en las navidades de nuestro país es el cordero al horno, especialmente en zonas de Aragón, Navarra y Castilla-La Mancha. Este plato tiene raíces en los banquetes medievales, donde el cordero era símbolo de celebración y abundancia.
La receta tradicional dicta que hay que empezar con un adobo sencillo de ajo, romero, tomillo y aceite de oliva, que se frota generosamente sobre la carne para impregnarse de sabor. Luego se hornea lentamente a 160-180°C durante unas 2 o 3 horas, añadiendo un poco de vino blanco o caldo en el fondo de la bandeja para mantener la jugosidad. Al final, se sube la temperatura para dorar la superficie, logrando un exterior crujiente que contrasta con el interior tierno y jugoso.
La frescura de las costas gallegas para los que huyen de la carne
Por otro lado, en muchas regiones de nuestro país, especialmente en Galicia, Andalucía y la Comunidad Valenciana, los mariscos y pescados tienen un lugar destacado en las mesas navideñas. La tradición de incluir marisco en estas fechas viene de las regiones costeras, donde estos productos frescos eran abundantes.
La lubina, preparada con hierbas aromáticas y una base de patatas, es otro imprescindible en la mesa, mientras que las gambas, doradas a la plancha con un toque de ajo y perejil, conquistan por su sencillez. Por otro lado, los percebes y las ostras representan un auténtico lujo en estas fechas, reservados para quienes buscan lo más exclusivo del mar.
La "sopa de galets", el alma de la Navidad catalana
Y de la carne y el pescado como segundo plato, saltamos a un primero tan exquisito como exclusivo de una de nuestras comunidades autónomas. Nos referimos a la sopa de galets, el plato que abre las celebraciones navideñas en Cataluña.
Esta receta consiste en una sopa de pasta en forma de caracola gigante (galets) cocida en un caldo de carne intenso, a menudo acompañado de "pilota", una gran albóndiga de carne picada. Este plato tiene raíces en las festividades medievales y simboliza la abundancia y la unión familiar. Su aroma invade los hogares catalanes el día de Navidad, convirtiéndose en una tradición insustituible.
No hay navidades sin turrones de postre
Hablar de comidas navideñas y no mencionar el turrón sería casi un sacrilegio. No hay Navidad en España sin el turrón, un dulce cuyo origen se remonta al siglo XV en Jijona, Alicante.
Elaborado a base de almendras, miel y clara de huevo, el turrón se ha convertido en un símbolo de las fiestas. Existen dos variedades principales: el turrón blando, de textura suave y cremosa, y el turrón duro, crujiente y lleno de sabor. Originario de Jijona y Alicante, este dulce ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un imprescindible en las mesas navideñas.
Este postre, junto con los polvorones y mazapanes, suele cerrar las comidas navideñas españolas con un toque dulce que evoca la tradición y el espíritu festivo. Su preparación artesanal y sus ingredientes naturales mantienen viva una herencia culinaria centenaria.