3 Parques Nacionales de España para visitar en primavera
Nuestro país puede presumir de tener dieciséis Parques Nacionales, y hoy vamos a adentrarnos en tres de ellos: desde Aragón a Castilla La Mancha, pasando por Canarias, un auténtico espectáculo para todos los sentidos.
Qué mejor que el estallido de la primavera, con sus temperaturas agradables, la explosión de colores y esos días más largos para visitar lugares que nunca ha visitado, como puede uno de los muchos Parques Naturales que tenemos a lo largo de nuestra geografía española.
Pese a que España puede presumir de tener 16 espacios naturales catalogados como Parques Nacionales, hoy nos vamos a centrar en tres de ellos.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, uno de los más veteranos de Europa
Empezamos repasando uno de los más impresionantes, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, enclavado en el corazón de los Pirineos, en la provincia de Huesca y que ostenta el título de ser uno de los primeros espacios naturales protegidos de Europa.
Paraíso natural... y gastronómico
Sus más de 600 000 visitantes al año garantizan que la visita vale la pena, ya que además de las espectaculares vistas, uno puede disfrutar del deporte y del senderismo, especialmente en esta época, con rutas para todos los niveles.
Si uno se adentra por sus senderos puede encontrar maravillas naturales como el Bosque de las Hayas, la Cascada del Estrecho o el Tozal del Mallo. Puestos a encontrar paraísos, allí hay uno gastronómico: el restaurante Callizo, con una estrella Michelin, y está ubicado en Aínsa. Para los más montañeros, la actividad estrella es la ascensión al Monte Perdido.
La sorprendente Caldera de Taburiente, en La Palma
Ahora nos vamos fuera de la península para aterrizar en la isla de La Palma, donde se encuentra el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Como toda la zona, es de origen volcánico, con grandes desniveles que recuerdan la forma de un cráter. Parte de su espectacularidad radica en sus cumbres de ocho kilómetros de diámetro y desniveles de más de 1500 metros.
Una zona tan diversa como ésta alberga, como es de suponer, gran variedad de flora y fauna, entre las que destacan las plantas rupícolas, es decir, las que crecen sobre rocas prácticamente desnudas. En este caso hay multitud de ellas aferradas a la verticalidad de las paredes, pero también saucedas y pinos canarios.
En cuanto a la diversidad animal, su número de invertebrados es elevadísimo, mientras que la fauna vertebrada es más escasa. La mayoría son especies introducidas, a excepción de los murciélagos, algunos anfibios, reptiles y peces.
Su principal riqueza, el agua natural
Pero si algo destaca por encima de todo en este parque es el agua, su principal riqueza, un recurso que es muy escaso en el conjunto del archipiélago. Tanto que sus habitantes aprovechan el agua de más de 70 manantiales y galerías, lo que explica que en la zona existan galerías de captación de aguas subterráneas de principios del siglo XX.
El extenso humedal de las Tablas de Daimiel
Y de la "isla bonita" saltamos de nuevo a la Península para acabar nuestro repaso en Castilla La Mancha. Allí, entre los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, en Ciudad Real, se encuentra el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
Es uno de los humedales interiores más importantes de nuestro país, y que debido a los episodios continuos de sequía y la sobreexplotación se encuentra amenazado constante. Esta llanura de inundación se generó por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela, y por la surgencia de aguas subterráneas procedentes de varios acuíferos.
En cualquier caso y sin alzar las campanas al vuelo antes de tiempo, las lluvias caídas en las últimas semanas en la zona han hecho que el nivel de agua suba de manera considerable.
En una zona con tanta agua viven numerosas aves ligadas al medio acuático, como son el pato colorado, la garza real o el ánade azulón, mientras que entre los mamíferos destacan el zorro, nutrias, jabalíes, conejos y comadrejas.
Esta zona se caracteriza por su clima cálido y con lluvias irregulares, así como por sus suelos turbosos con aguas estacionales y de condición salina. Un paraje único que debemos cuidar, ya que debido a la sobreexplotación y a la presencia de pozos ilegales se encuentra en estado crítico, hasta el punto de haber acabado con los ojos del Guadiana, el nacimiento de uno de los grandes ríos ibéricos.