2024 superará a 2023 como el más cálido. También destacará por los fenómenos meteorológicos extremos
A falta de los datos definitivos, 2024 pasará a ser el año más cálido de la serie histórica. También ha destacado por la magnitud extremos climáticos, como la dana de Valencia.
2024 toca a su fin. En España será recordado como “el año de la DANA de Valencia”. Bajo esta denominación se identifica el episodio de lluvias intensas, asociado a una dana, que entre finales de octubre y principios de noviembre generó fuertes tormentas en el sur y el este de la Península y Baleares.
En él se gestó un sistema tormentoso extraordinario que descargó cantidades e intensidades de lluvia de récord, provocando inundaciones catastróficas en varios municipios situados al sur de la ciudad de Valencia, con las terribles consecuencias que vimos.
Este episodio meteorológico de alto impacto se ha colado en el “top ten” de los que mayor devastación han causado en la Tierra esta año, siendo uno de los más mortíferos, con 219 personas fallecidas por causas relacionadas con la dana, según el balance oficial. Tal y como repasaremos brevemente en las siguiente líneas, en 2024 los fenómenos meteorológicos extremos se han replicado por todo el mundo, a lo hay que sumar el nuevo escalón alcanzado por el calentamiento global.
Nuevo año más cálido, a falta de datos definitivos
Después de que 2023 se convirtiera en el año más cálido a escala global de la época instrumental, ayudado por el impulso del evento de El Niño iniciado en el mes de julio, aparte de otros factores que también contribuyeron a ello, parecía imposible que en 2024 se alcanzara una temperatura mayor, pero es prácticamente seguro que así va a ser, a falta de la integración de los datos del mes de diciembre.
Ya a principios de noviembre, tras haber transcurrido los primeros diez meses de 2024, desde Copernicus se daba casi como seguro que el año actual superaría a 2023 y pasaría a convertirse en el más cálido de toda la serie histórica. La cosa no ha quedado ahí, ya que también será el primer año cuya anomalía térmica media supere el grado y medio (+1,5 ºC) con respecto a los valores preindustriales.
Aunque para superar ese umbral que estableció el Acuerdo de París, en 2015, como una primera línea roja, se necesita un periodo de varios años para la certificación, la subida experimentada por la temperatura en 2024 es, sin duda, sintómatico de aceleración a la que está sometido en la actualidad el calentamiento global. La irrupción de un evento de la Niña, que ya comienza a manifestarse, amortiguará, casi seguro, algo la subida de la temperatura en 2025, pero está por ver cuánto.
Extremos climáticos cada vez de mayor impacto
En todos y cada uno de los informes de evaluación del IPCC –desde el primero publicado en 1990 hasta el sexto y último (AR6) de 2021– se expone que en la medida en que el calentamiento global vaya aumentando, el clima se irá volviendo más extremo. Es algo que se va certificando cada año que pasa, y este 2024 no ha sido una excepción, dando un nuevo salto hacia arriba los fenómenos meteorológicos extremos, cuyos impactos no dejan de aumentar.
Según un reciente informe publicado por el World Weather Attribution (WWA), las olas de calor extremo, las sequías, los incendios forestales, las inundaciones catastróficas y los sistemas ciclónicos y tormentosos se han desatado a lo largo de 2024, dejando un trágico balance de víctimas mortales. Desde WWA se afirma que el cambio climático contribuyó de forma directa a la muerte de al menos 3.700 personas, afectadas por una pequeña fracción de los 219 eventos hidrometeorológicos de alto impacto que se produjeron en la Tierra.
En palabras de la científica del clima Friederike Otto –investigadora líder de WWA–, “Estamos viviendo una nueva era peligrosa”. Volviendo a la dana que impactó de lleno en la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre, si bien el alto número de fallecidos fue el resultado de la concatenación de una serie de hechos no solamente ligados al clima (como el fallo en la cadena de alerta temprana a la población o el gran número de personas e infraestructuras situadas en zonas inundables), en un mundo menos cálido el sistema tormentoso que generó las lluvias torrenciales no se habría comportado como lo hizo.