¿Se pudo predecir la tormenta de Málaga?
La tormenta que asoló Málaga la noche del sábado el centro y la parte Este de la ciudad se caracterizó por ser un fenómeno muy local y en un periodo de tiempo muy corto, por lo que resulta difícilmente predecible con días, incluso con horas de antelación.
En el estado del conocimiento actual de la predicción meteorológica, se puede saber que hay precursores de la posibilidad de una tormenta de las características de la de Málaga pero no el lugar ni la intensidad exacta que esta va a tener. En el caso del sábado noche, se acumularon 147,1 l/m2 según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) Hidro Sur.
Junto a la gran cantidad de precipitación, el gran numero de rayos centrados en un área entorno a la ciudad dan idea de la magnitud y el carácter local de la tormenta.
¿Entonces no podemos saber nada con antelación?
Algo, o bastante podemos saber.
Los modelos por ordenador, con los que se realizan predicciones, cada vez tienen más resolución (como los megapixeles de las cámaras de fotos), lo que permite estimar con más detalle lo que puede ocurrir. Ahora mismo se disponen de modelos que se actualizan cada seis horas con nuevos datos de observaciones, pero en el caso de tormentas, el desarrollo puede producirse en menos de este espacio de tiempo. Es decir, que puede que los nuevos datos que corrijan la predicción por ordenador no lleguen a tiempo para realizar una buena simulación de la tormenta.
Para evitar esto, en muchos países, como es el caso de Estados Unidos en la predicción de tornados, se trabaja con modelos de actualización rápida, en los cuales se hacen simulaciones con datos nuevos cada hora e incluso cada media hora. El problema de estos modelos es que la predicción es válida solo a pocas horas o incluso minutos vista, lo que hace que si no hay medios para difundir esta información tan rápidamente a la población esta pierde el sentido.
Otra forma de estimar, dónde y qué intensidad, puede tener una tormenta es el uso de múltiples simulaciones por ordenador ligeramente diferentes unas de otras. Esta técnica, conocida con la palabra inglesa ensemble permite estimar la probabilidad de que una tormenta fuerte u otro fenómeno extremo suceda. Los ensembles, o conjuntos de predicciones, son ampliamente utilizados en los servicios meteorológicos para predicciones a más de 3 días ya que el desconocimiento o incertidumbre de la evolución a largo plazo de la atmósfera los hace ideales para este fin. En cambio, para predicciones a pocas horas vista y de alta resolución, su uso no está tan extendido, pese a ser, probablemente, la mejor herramienta disponible en la actualidad. Una clara muestra de esto, es que muchos países ya no realizan simulaciones por ordenador únicas, sino que ponen sus esfuerzos en los conjuntos de varias simulaciones.
Una de las mayores dificultades para el uso este tipo de predicciones es su comunicación, al estar basadas en la probabilidad.
Quizá con un par de ejemplos de los problemas de comunicación que supone la probabilidad generada por conjuntos quede más claro. Supongamos que el sistema de predicción hubiera establecido una probabilidad del 50% de que ocurriera la tormenta de Málaga:
- Una gran parte de la ciudadanía, pensaría, que un 50% es como decir nada, o caerá el diluvio o no caerá nada.
- Para, otros dependerá del grado de riesgo que quieran asumir con 50%. Por ejemplo, si soy el dueño de un parking subterráneo, y tengo un 50% de posibilidades de que se me inunde un parking lleno de coches, igual supone un coste si cierro el parking con antelación, pero igual es menor que la posible pérdida por tener que indemnizar a todos los dueños de coches.
Estos dos ejemplos muestran cómo la probabilidad depende del conocimiento del usuario de su funcionamiento y del conocimiento de su grado de coste/perdida.
En el primer caso, un 50% de probabilidad de que se de un fenómeno como la tormenta del sábado noche en Málaga, que estadísticamente es poco frecuente (con una probabilidad mucho menor del 50%), es un indicativo claro de que hay un riesgo elevado de que algo pase. Es decir, el porcentaje de probabilidad por sí solo dice poco si no se tiene en cuenta el porcentaje promedio de tormentas intensas y locales en Málaga.
En el segundo de los casos, en el del parking, los sistemas de predicción por conjuntos le permitirían saber al dueño del parking sin con una probabilidad del 50%, dado su relación coste perdida, le merece la pena cerrar el parking o arriesgarse.
Como vemos, estos métodos de predicción son muy orientados a cada usuario y son difíciles de explicar (que conste que yo lo he intentado…)
Vigilancia y observación.
Además de los modelos por ordenador, existen modos de responder rápidamente a fenómenos de evolución rápida como las tormentas. Estos métodos están basados en la observación como por ejemplo los radares meteorológicos, las imágenes de satélite, las redes de descarga de rayos o las propias observaciones en tiempo real.
En el caso de lo acaecido el sábado noche en Málaga, la tormenta fue casi estática y con un desarrollo y descarga muy rápidos. Los radares sólo pudieron constatar su desarrollo sobre la capital pero al estar prácticamente inmóvil no da tiempo a seguir su trayectoria e indicar lo que se avecina.
El lío de los avisos, alertas y la comunicación de emergencias.
A todo esta problemática de predicción, si le añadimos la confusión que existe en los medios sobre el término aviso meteorológico y alerta por fenómeno meteorológico adverso (FMA), el lío está servido. El uso correcto del término aviso meteorológico está reservado al resultado de la superación de unos niveles o umbrales para valores únicamente de carácter meteorológico en unas zonas determinada. Mientras que conceptos como prealerta o alerta por FMA han de reservarse para la salida del procedimiento de estudio de los técnicos de Protección Civil. Estos técnicos, haciendo uso de los avisos meteo, evalúan las posibles consecuencias en bienes y personas estableciendo los niveles de prealerta o alerta si se estima oportuno. Es decir, puede que haya aviso meteorológico pero NO alerta por FMA. La problemática surge cuando los medios de comunicación utilizan de forma indistinta los términos aviso y alerta.
Sobre bulos y los VOST.
En la actual época de las redes sociales, éstas son una buena fuente de información y de difusión rápida de la información meteorológica y de Protección Civil. Pero también hay que tener cuidado con desaprensivos que, por afán de notoriedad, viralidad o a saber porque razón, plagan las redes de bulos sobre estos sucesos impactantes, como la tormenta de Málaga. Estos bulos pueden llegar a crear grandes problemas de seguridad, como ya ocurrió en 2012 durante la Campaña de Incendios forestales. Este mismo año, aparece en España los equipos de voluntarios digitales en emergencias o Virtual Operation Support Team(@vostSPAIN). Los actuales equipos de voluntarios digitales en emergencias están formados por profesionales de las emergencias que, en su tiempo libre, dan soporte altruistamente a esta actividad. Por lo tanto, entre ellos hay Técnicos de Protección Civil - Gestores de Emergencias, Bomberos, Sanitarios, Periodistas de Emergencias, etc., con un objetivo común: hacer Protección Civil desde las redes sociales.
Los VOST tienen como objetivo apoyar a las cuentas de los servicios de emergencia en Twitter a hacer Protección Civil ayudando a viralizar su mensajes y, sobre todo, a detectar y neutralizar bulos y rumores.
Los nuevos medios de comunicación también traen nuevos problemas, al convertirnos a todos en posibles emisores de noticias, con o sin contrastar, que pueden viralizarse y generar grandes problemas en caso de situaciones complejas meteorológicas. En el caso de episodios cómo el de Málaga, el uso correcto y la mejora de las técnicas de predicción meteorológica, así como una buen uso de todos los medios de distribución de una información veraz y de calidad permitirán una mejor labor de los Servicios de Protección Civil y Emergencia para mitigar daños en personas y bienes.