Tras varias semanas completamente inactiva, la hasta ahora tranquila temporada de huracanes puede despertar de una forma un poco inusual, favorecida por las elevadas temperaturas de algunos sectores del Atlántico Norte.
Víctor González
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Al margen de los cambios asociados a la llegada del otoño climatológico, septiembre parece que se alejará de las extraordinarias anomalías cálidas de los tres meses anteriores y seguirá un camino distinto.
Este gigantesco sistema de tormentas permanecerá activo varias horas y ya ha provocado algunas incidencias. Las células más jóvenes sustituirán a las que se vayan disipando, manteniéndolo e incrementando el riesgo de fenómenos adversos en su entorno.
Tras esta primera onda en altura, nuevas vaguadas se encargarán de mantener la inestabilidad en diversas regiones del territorio peninsular. En el este podrán ser especialmente fuertes, aunque durante los próximos días se desarrollarán también en el centro y norte.
De nuevo la dorsal anticiclónica dominará la situación y una nueva masa de aire cálido empezará a gestarse en nuestro entorno. Sin embargo, será una dorsal más débil y rodeada de pequeñas e impredecibles bolsas de aire frío.
Las tormentas vienen acompañadas de fuertes rachas de viento, lluvias intensas y en algunos casos granizo de gran tamaño. Seguirán produciéndose durante las próximas horas, también durante la noche.
La vaguada traerá además un importante descenso térmico que situará las temperaturas por debajo de la media de esta época del año durante varios días. Sin embargo, lo más destacable serán las tormentas que pueden ser severas en el cuadrante noreste.
El devastador impacto del volcán Cumbre Vieja en La Palma, la poderosísima erupción explosiva del volcán de Tonga en enero y, ahora, el nuevo caso islandés, han mantenido en portada a estos fenómenos naturales de grandísimo impacto. Damos respuesta a algunas dudas clásicas.
Este tipo de lluvias son de difícil predicción, al igual que sucede con las asociadas a tormentas, pero en este caso son aún más difíciles de detectar y pueden tener efectos adversos.
La temperatura superficial del mar sigue alejándose del valor promedio de esta época del año. Algunos sectores del Mediterráneo occidental ya se encuentran hasta 5 ºC por encima de los valores normales y las previsiones no muestran por ahora un retorno a la normalidad.
La canícula es el nombre que recibe el período del año con las temperaturas medias más elevadas. La de este verano de 2022 ha comenzado tórrida y amenaza con ser una de las más cálidas de las últimas décadas. ¿Cómo transcurrirán las próximas semanas?
Las temperaturas subirán durante este fin de semana, muy por encima de la media, aunque todavía dentro de lo que cabría esperar en un mes de julio. Sin embargo, en unos días podríamos volver a hablar de valores extremos que poco tienen que ver con el calor típico del verano.
Las temperaturas diurnas ascenderán notablemente este fin de semana y se mantendrán por encima de los valores normales la semana que viene, pero la situación no será la misma en todas las regiones. Además, las tormentas volverán a hacer acto de presencia.
Seguirá el ambiente fresco y las tormentas en el cuadrante noreste durante esta semana. Sin embargo, esta situación parece tener fecha de caducidad y el calor estival, aunque sin extremos, volverá dentro de unos días.
Las temperaturas sólo serán cálidas en la mitad oriental, donde se mantendrán en valores normales para esta época del año. En el extremo norte habrá que seguir vigilando las tormentas, aunque en la mayor parte de la Península no se producirán precipitaciones.
Las temperaturas seguirán bajando en la vertiente atlántica peninsular y el calor quedará restringido al Mediterráneo, aunque mucho más suave que en días anteriores. Un fenómeno a vigilar serán las tormentas en el noreste.
La llegada de una masa de aire procedente del Atlántico hará descender de forma notable las temperaturas durante el fin de semana, aunque seguirá haciendo calor en el tercio oriental. Mención especial a las tormentas, que podrían adquirir mayor organización e intensidad en el norte.
Durante los próximos días el ascenso térmico será generalizado y desembocará en la más que probable primera ola de calor de 2022. Sin embargo, el final de este episodio de calor intenso está plagado de incertidumbres y puede ser especialmente adverso.
Se producirán precipitaciones en algunos casos abundantes, aunque su distribución será irregular, siendo poco probables en el tercio sur de la Península. Te presentamos las zonas más afectadas.
Con una dorsal en el Mediterráneo y una vaguada en el Atlántico, la Península Ibérica quedará en una zona de "batalla" entre dos masas de aire muy distintas. No sólo destacarán los contrastes térmicos, también aparecerán tormentas dispersas y localmente fuertes en algunas regiones.