¿Cómo es volar hacia el ojo de un gran huracán? Descubriendo a los cazadores de huracanes y sus increíbles misiones

Los aviones de las aerolíneas evitan cuidadosamente volar a través de huracanes, pero algunos pilotos atrevidos lo hacen a propósito: hablamos de los aviones cazadores de huracanes. ¿Qué instrumentos meteorológicos llevan a bordo?

Los huracanes son fenómenos devastadores pero también fascinantes desde el punto de vista científico. Equipos de meteorólogos y científicos trabajan para estudiar sus mecanismos de formación y mejorar la predicción de su trayectoria.

Los ciclones tropicales se forman sobre mares muy cálidos. Se trata de zonas que, salvo algunas boyas e islas, tienen poca observación meteorológica. Por tanto, se hace necesario recopilar la mayor cantidad de datos posible para perfeccionar los pronósticos.

Mientras los aviones de las líneas comerciales evitan pasar por el huracán, por el contrario, escuadrones de aviones equipados para tal fin surcan los cielos, hasta entrar literalmente en el ojo de la tormenta.

NOAA Orion P3: dentro de los huracanes

La NOAA, además de gestionar el Servicio Meteorológico de Estados Unidos, el National Weather Service (NWS), tiene en su seno la Oficina de Operaciones Marinas y de Aviación (OMAO), que gestiona los aviones "cazahuracanes". Los más famosos son los dos Looked Orion P3.

Independientemente de los vientos extremos, las lluvias torrenciales y las violentas corrientes verticales con turbulencias extremas, los dos aviones turbohélice de cuatro motores Lockheed WP-3D Orion de la NOAA, curiosamente llamados "Kermit" (N42RF) y "Miss Piggy" (N43RF), entran directamente en el ojo del ciclón.

Todo esto es posible gracias a pilotos con una larga experiencia en vuelo, especialmente capacitados y acompañados por un ingeniero de vuelo que regula continuamente la potencia de los motores.

Gracias a los aviones cazadores de huracanes es posible predecir la trayectoria de las tormentas: aquí está la trayectoria de Beryl predicha y reelaborada por Meteored.

El papel de los meteorólogos y científicos a bordo del avión es fundamental, ya que examinan continuamente el radar, el Lidar, diversos sensores y utilizan sondas de caída. Estos últimos instrumentos proporcionan una visión detallada de la estructura y la intensidad de la tormenta. El radar Doppler se encuentra en la cola y debajo del fuselaje, lo que brinda a los científicos y meteorólogos una visión en tiempo real de la tormenta.

Gulfstream Jet G-IV: por encima y alrededor de la tormenta

El Gulfstream IV-SP (G-IV) de la NOAA es un avión que puede volar a grandes altitudes, hasta 45000 pies (unos 15000 metros) para obtener una imagen detallada de la atmósfera superior que rodea a los huracanes. Los datos del G-IV complementan los datos de baja altitud recopilados por los P-3 de la NOAA.

El Gulfstream G-IV realiza misiones alrededor de casi todos los huracanes del Atlántico y algunos en el Pacífico oriental. La misión del avión cubre grandes áreas alrededor del huracán, recopilando datos fundamentales con sondas GPS descendentes y radar Doppler, para mapear las corrientes que influyen en el movimiento de los huracanes.

Lockheed WC-130

Este enorme avión no es operado por la NOAA, sino por el Comando de Reserva de la Fuerza Aérea. Tiene su base en el 53º Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico ubicado en la Base de la Fuerza Aérea Keesler, Mississippi.

El WC-130J está configurado con varios instrumentos meteorológicos avanzados y es capaz de permanecer en el aire durante casi 18 horas a una velocidad de crucero de más de 500 km/h, volando en altitudes de 500 a 10.000 pies (153 a 3000 metros).

El WC-130J lleva una tripulación mínima de cinco personas: piloto, copiloto, navegador, oficial meteorológico de reconocimiento aéreo y oficial de reconocimiento meteorológico.

El avión está equipado con dos tanques de combustible externos de 5320 litros y un tanque de combustible interno de 6480 litros.

Vuelos en el huracán Beryl

Fueron fundamentales los vuelos realizados durante el poderoso huracán Beryl, el más intenso jamás observado en el mes de junio y el más tempranero en alcanzar la categoría 5 en julio. Los "geeks de la aviación" siguen rutas inusuales en el ojo del huracán en páginas como Flightradar24.

Ya el 1 de julio se pudieron ver dos vuelos, el NOAA P3 y el WC-130J, realizando varios tramos y pasando directamente al ojo del ciclón.

No sólo huracanes: las otras misiones de estos aviones

Los P-3 y Gulfstream de la NOAA se utilizan no sólo en huracanes, sino también en muchos proyectos de investigación. Por ejemplo, el Gulfstream ha cartografiado detalladamente los ríos atmosféricos, el NOAA P3 se ha utilizado para investigar los efectos de El Niño, para estudiar los gases y aerosoles atmosféricos sobre el Atlántico Norte y para mejorar la previsión de las tormentas invernales. También realizan numerosas expediciones a zonas polares, el Ártico y la Antártida.

También realizaron vuelos en Europa, como parte de proyectos de investigación internacionales, incluido el histórico Proyecto del Programa Alpino de Mesoescala MAP en la campaña de otoño de 1999. Se llevaron a cabo vuelos especiales para estudiar las intensas precipitaciones en los Alpes y los vientos fohn, contribuyendo a la mejora de las condiciones climáticas de los modelos meteorológicos, incluidos los que se utilizan hoy en día.